Si hay una tarta estrella en mi casa esa es la de queso. Pocas veces se salva cuando hay una celebración.

Existen muchas versiones de esta tarta. Creo que cada cual la ha ido adaptando a su gusto. Yo en particular la he cocinado tantas veces como he necesitado hasta dar con la que hoy os presento y de la que guardo la receta como oro en paño. Los ingredientes son de lo más corriente pero os confieso que el secreto de lograr la textura tan cremosa pero firme al mismo tiempo se consigue gracias al cocinado en horno al Baño María, aparte de la combinación exacta de los ingredientes, ni más nata, ni menos queso… Sencillísima de hacer ya veréis. Es de esas tartas que te la comes despacito para disfrutarla.

Las medidas que os pongo es para una tarta de unos 22 cm. Yo  he utilizado un molde de 15 cm pero al ser muy alto las medidas me sirven igual.

Necesitamos:

600 g queso “philadelphia”

6 huevos “XL”

200 ml nata 35% materia grasa

500 g leche condensada

Precalentamos el horno a 180ºC con calor abajo y ventilador.  Vamos a mezclar todos los ingredientes juntos con ayuda de una batidora o varillas eléctricas. No hace falta batir demasiado pues sino la masa  cogería  demasiado aire, cuando veáis que el queso ya está  integrado dejáis de batir.

Vertemos la mezcla en un molde apto para el Baño María,  lo colocamos en una fuente de horno que sea honda o dentro de otro molde más grande y llenamos éste de agua caliente hasta la mitad del molde. Bajamos la temperatura del horno a 150ºC, metemos la bandeja en la parte central y horneamos durante 1 y 1/2h aproximadamente, dependiendo de cada horno,  con calor sólo abajo.  De esta manera conseguiremos que se haga lentamente y evitaremos que se deforme la superficie al crecer rápido. Comprobamos si está hecho pinchando con un palillo.

Sacamos la tarta del horno, dejamos enfriar  a temperatura ambiente y después llevaremos al frigorífico. Mejor si se prepara de un día para otro. Veréis que al enfriarse aumenta el doble su peso.

La podéis presentar tal cual, por sí sola ya tiene carácter. O adornarla con algún fruto rojo que siempre le da un toque alegre.

 

Que nadie os interrumpa mientras la estéis paladeando. Es un momento único.

Feliz día del padre y felicidades a todos los Joses, Josefas, Pepes, Pepas…