Estamos ya en puertas de la Semana Santa. Por fin unos días para desconectar!! Pensé que no llegaban nunca.
Son fechas que los más devotos viven con mucha pasión y sentimiento, tanto en el tema cultural como en el gastronómico. En muchos hogares estos días mantienen, entre otras, la tradición culinaria y preparan los dulces típicos de esta Pascua. De entre ellos os traigo los buñuelos de Cuaresma. Concretamente éstos son característicos de la comarca del Ampurdán (Girona). Son muy apreciados y no me extraña porque están muy muy ricos. Suelo hacerlos todos los años y son éxito asegurado. No tienen mucha complicación, ya veréis. Es menos de lo que parece.
Para unos 25 buñuelos necesitamos:
250 gr. harina
40 gr. azúcar
35 gr. mantequilla en pomada
15 gr. levadura fresca
2 huevos
3 cucharadas de leche
3 cucharadas de anís dulce
10 gr. anís en grano
ralladura de 1/2 limón
1 pizca de sal
aceite de girasol
anís dulce y azúcar para el rebozado final
Lo primero que vamos a hacer es diluir la levadura en la leche tibia (no caliente porque sino estropeamos la levadura). Seguidamente la vertemos en un bol junto con el resto de los ingredientes y mezclamos con una espátula para terminar amasando con las manos. Si tenéis amasadora os facilitará la faena. De lo contrario, manos a la masa, nunca mejor dicho! ;-). Aunque resulte pegajosa en un principio no echaremos más harina, seguiremos amasando porque poco a poco ésta va a ir soltando el gluten y ligando la masa. Si añadimos harina lo que conseguiremos es que no queden tan esponjosos. Por eso os recomiendo que no tengáis prisa y amaseis hasta que veáis que prácticamente se os despega de las manos. Si es preciso os untáis las manos con aceite. Hacemos una bola y la dejamos reposar durante un par de horas o hasta que veamos que ha doblado su volumen, dentro de un recipiente engrasado y tapado con papel film, fuera de corrientes de aire.
Una vez haya crecido la masa, nos untamos las manos con aceite, vamos cogiendo porciones de unos 20 gr y hacemos bolas que dejaremos sobre una bandeja forrada con papel film y separadas entre ellas. Y dejamos levar nuevamente durante unos 20´. Hay quien es este segundo levado no lo hace pero considero que es importante no saltárselo si tenéis tiempo ya que los buñuelos saldrán mucho más mulliditos.
Ponemos a calentar abundante aceite de girasol en una sartén honda o en un cazo. Utilizamos aceite de girasol porque éste no aporta sabor a la fritura. Cogemos cada bolita y con el dedo pulgar le hacemos un agujero. Freímos a fuego medio para evitar que se quemen por fuera y queden crudos por dentro. En cuanto se doren un poco los retiramos pues al ser tan esponjosos se hacen enseguida. No vamos a echar muchos de una vez para que tengan espacio al crecer y para que se mantenga la temperatura del aceite.
Escurrimos sobre papel absorbente y colocamos en una rejilla. Para finalizar pulverizamos cada buñuelo con anís dulce y rebozamos en azúcar.
Y esto es todo. A que apetece coger uno!!! o dos!! o tres!!! Os advierto de que crean adicción. Yo ya os he avisado… 😉
Buenas Pascuas!!!
Estan buenissssimo y muy faciles de hacer
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Me alegro de que te hayan gustado Montse. Un besazo wapa.
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😋😋😋que ricos!!!!
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Siiiii, muy ricos.
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Que buena pinta!!!
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Gracias floreta!!. Besos
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