Panna cotta de vainilla con coulis de frambuesas

IMG_4683 (1)

 

Hace ya un tiempo, una fiel seguidora a la que quiero muchísimo, me sugirió la idea de publicar la receta de la panna cotta que había probado en casa y que tanto le gustó. Que no crea que me había olvidado, simplemente no había encontrado el momento de hacerlo, pero ahora que el calor aprieta y no nos seduce para nada encender el horno, es el momento de publicarla.

Es un postre italiano muy sencillo de hacer, ahora bien, han de respetarse y mucho las cantidades. Digo esto porque aquí no vale hacerla a ojo. Su textura es un intermedio entre el flan y la gelatina. Por tanto, si no seguimos la receta al pie de la letra correremos el riesgo de que nos quede gomosa o, por el contrario, que no llegue a cuajar del todo y se desparrame en el plato, eggs!!.

Así que a base de hacer probatinas he logrado perfeccionarla hasta el punto de que, para mí, es perfecta. La que os traigo hoy es la clásica de vainilla, pero admite cualquier sabor. Esto sí, tened en cuenta de que si le añadimos algún ingrediente líquido (café, chocolate…) variará la cantidad de gelatina. Más adelante ya haremos de sabores.

Normalmente la vemos acompañada de algún tipo de salsa, coulis, mermelada…. aunque considero que no le hace falta nada más ya que  por sí sola está buenísima.

Aún así, en este caso vamos a preparar un coulis de frambuesas que le va fenomenal.

Necesitamos:

Para el coulis

300 g frambuesas

4 cucharadas de azúcar

unas gotas de limón

IMG_4615 (1)

Para la pannacotta:

1 l nata para montar (35 % materia grasa)

5 hojas de gelatina (8,30g)

5 cucharadas azúcar

1 cucharada de vainilla en pasta o una vaina

IMG_4621 (1)

Para preparar el coulis de frambuesas, pondremos éstas a cocer un un cazo junto con el azúcar y unas gotas de limón, durante unos  10 minutos. Las frambuesas soltarán su jugo e irá creándose una mermelada. No ha de quedar muy espesa.  Colamos y reservamos para la presentación final.

Para hacer la panna cotta lo primero que haremos será hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras tanto, vamos a calentar la nata en un cazo  junto con el azúcar y la vainilla. Si utilizamos ésta en vaina, la abriremos por la mitad, rascaremos el interior con la punta de un cuchillo y lo añadiremos a la nata.

Justo cuando la nata comience a hervir retiramos, añadimos la gelatina bien escurrida y removemos con varillas  hasta que esté disuelva.  Rellenamos los recipientes, dejamos templar y refrigeramos  un mínimo de  5 horas antes de consumir.

Para que no se nos rompa al desmoldar podemos pasar, con delicadeza,  el filo de un cuchillo por la pared del recipiente  o bien sumergir la base del mismo en agua templada durante unos segundos y volcar sobre un plato.

IMG_4677 (1)

Como podéis observar los posos de vainilla que se habían depositado en el fondo del recipiente, al desmoldar la panna cotta se encuentran en la superficie.

Y esto es todo. Como veis no tiene ninguna complicación y se prepara en un “pis-pas”

IMG_4699 (1)

Va por tí wapísima.

NOTAS:

-Una panna cotta perfecta es aquella que al mover el plato “baila”.

-Como su nombre indica es nata cocida. Hay quien para hacerla más ligera  sustituye la mitad de la nata por leche. En ese caso habría que añadir un poco más de gelatina, unos 0,83 g por cada 200 ml de mezcla nata-leche. Yo personalmente prefiero hacerla únicamente de nata,  ya que me doy el capricho……;-)

 

2 comentarios sobre “Panna cotta de vainilla con coulis de frambuesas

  1. Muchas gracias cuñá!!!! Me ha hecho mucha ilusión la publicación😊 Yo también te quiero muchísimo y lo sabes!!! Y por cierto no es porque sea mi cuñada pero es una repostera y cocinera excelente!!

    Me gusta

Deja un comentario