Os habréis fijado en que la mayoría de las veces cuando leemos la receta de un postre vemos que nos indica los ingredientes que la componen, modo de preparación, tiempo estimado y,  a más a más…… las calorías que contiene!! Eso está muy bien, pero yo me pregunto,  porqué no se hace constar también el índice de felicidad que nos aporta? Acaso no es ese un dato importante? Nadie se preocuparía tanto por el asunto de la báscula. Que los dulces engordan? Pues sí, eso lo sabemos todos, pero en mi opinión creo que es mejor darse un pequeño capricho a sufrir de la ansiedad del quiero y no puedo, salvo que se tenga un problema de salud que eso ya es otro tema. Ese “antojo” siempre lo podemos compensar tomando una dieta equilibrada y haciendo un poco de ejercicio. De esta manera no tendríamos porqué privarnos de algo que nos proporciona bienestar y nos alegra el humor sin tener cargo de conciencia, no creéis?

Esta semana tengo capricho de chocolate. Así que, qué mejor manera de quitármelo que preparando unas deliciosas trufas ante las cuales los muy chocolateros van a caer rendidos. 

Pero vamos a ir un poquito más allá de las clásicas cubiertas de cacao o fideos de chocolate y las vamos a rebozar con ingredientes que las van a hacer muy tentadoras. 

Mirad, para unas 20 trufas vamos a necesitar:

200 g chocolate 52% cacao (mínimo) 

100 ml nata para montar (35% materia grasa)

25 g mantequilla

Para rebozar: cacao puro en polvo, coco rallado, almendra crocanti, té matcha en polvo y  fresa deshidratada en polvo

Opcional: una cucharada de licor (whisky, licor de naranja….)  o aromas… esencias…

Ya que el chocolate es el ingrediente principal en esta receta es preferible utilizar uno de buena calidad. Si lo queremos de un sabor más intenso podemos utilizar uno que contenga más cacao. 

La receta base de las trufas es lo que se conoce con el nombre de ganache. La ganache no es más que una mezcla de chocolate y nata que dependiendo del uso que le vayamos a dar lleva una proporción diferente. En este caso necesitamos que tenga una textura agradable al paladar, es decir, que queden firmes pero a la vez tiernas. 

Comenzamos troceando el chocolate en un bol, cuanto más pequeños sean los trozos mejor. En un cazo calentamos la nata y justo en el punto de ebullición retiramos y vertemos sobre el chocolate.

Lo dejamos reposar un minuto y a continuación con unas varillas removemos enérgicamente hasta conseguir una crema homogénea. Añadimos la mantequilla troceada y acabamos de integrar.

En este punto le añadiríamos la cucharada de licor que hayamos escogido. Si las van a consumir niñ@s, en lugar de licor podemos utilizar esencias o aromas por ejemplo de naranja o menta….. eso os lo dejo a vosotros. A mí, la verdad sea dicha, me gustan tal cual, sin ningún ingrediente extra, pero como siempre os digo va en gustos.

Tapamos el recipiente con film y dejamos enfriar a temperatura ambiente durante unas horas, hasta que tenga la consistencia adecuada para poder moldear las trufas. Yo suelo prepararla la víspera y al día siguiente está perfecta.

Con una cuchara vamos a coger porciones de unos 10 g aprox. y sin manipularlas demasiado formamos bolas que reservaremos hasta el momento del rebozado. La masa al estar fría y con cuerpo se trabaja bien pero es irremediable pringarnos las manos a no ser que utilicemos guantes de usar y tirar. De todos modos, el rollo de cocina tenerlo bien cerquita  🙂

Una vez tengamos todas las bolas hechas preparamos unos cuencos o platos con los ingredientes que utilizaremos para cubrirlas. Para las rojas he utilizado fresa deshidratada, la he molido y después la he pasado por un colador fino.  Para las verdes he usado té matcha en polvo, que en honor a la verdad, tiene un sabor especial que no me gusta nada, pero hay a quien sí y la combinación con el chocolate tiene su qué. Y también le da colorido al conjunto  😉  Por cierto, éstas es mejor cubrirlas en el último momento, ya que el chocolate absorbe el polvo de té en cuestión de media hora afeando su aspecto. Y no sé deciros el porqué, pues con el cacao y la fresa no sucede…  Misterio por resolver…. tendré que averiguarlo 🙂

Para rebozar las trufas, las haremos rodar por el cacao, el té y la fresa. Las que llevan cobertura de coco y almendra crocanti  las redondearemos ligeramente con las manos para que queden bien cubiertas.

Y ya las tenemos!

Lo ideal es consumirlas a temperatura ambiente que es como realmente se aprecia el sabor del chocolate y la textura sedosa. No obstante, si hace mucho calor podemos conservarlas en la nevera en un recipiente hermético,  pero OJO….! hemos de acordarnos de sacarlas un buen rato antes para que tengan esa textura que os decía, ya que en el frigo el chocolate endurece y la verdad…… no es lo mismo.

Otra opción es hacerlas y congelarlas para esas ocasiones en que tenemos la necesidad imperiosa de tomar chocolate o tenemos una visita inesperada.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Animaros a hacerlas, ya habéis visto que son bien sencillas y están……. mmmmm…… de muerte!

Que seáis felices. Besos

Ali