
Sabíais que el día de nuestro cumpleaños la Tierra vuelve a estar en el punto exacto de la órbita alrededor del Sol en el que se encontraba en el momento de nuestro nacimiento? y que ese momento sólo se produce una vez al año? Pues yo hoy he completado otra vuelta al Sol. Y la verdad es que me siento feliz, porque eso significa que sigo aquí vivita y coleando, dando guerra y espero que sea por muchos años más.
A mis taitantas vueltas he aprendido infinidad cosas y las que me quedan por aprender. En todo este tiempo he reído hasta llorar pero también he llorado desconsoladamente, he bailado, he cantado, he viajado…. he vivido situaciones muy alegres pero también otras muy tristes, he aprendido a gestionar mis emociones y a superar miedos…. he cometido equivocaciones pero también he sabido pedir perdón, he amado intensamente y, como a muchos de los mortales, también me rompieron el corazón. Pero si de algo puedo sentir orgullo de mí misma es de haber sido siempre honesta y de haber procurado la felicidad de los míos.
Y bueno…. pues aún me quedan muchas cosas por hacer, sueños que cumplir y, desde luego, errores que cometer. Por cierto, decidme, si pudieseis retroceder en el tiempo, cambiaríais algo? Alguna decisión tomada, alguna acción o determinado comentario que haya marcado vuestras vidas? Pues yo, francamente es que no lo sé. Quizá sí que le daría algún consejo a mi yo del pasado, pero de todos modos siempre he pensado que nuestro destino está marcado y por mucho que quisiéramos modificar algo para desviar su camino, éste finalmente terminaría por reconducirse y el final sería el que estaba predestinado a ocurrir. Lo bueno que tiene el pasado es que nos ha servido para aprender y a mí me ha enseñado sobre todo que la vida no se mide en minutos sino en momentos.
Y precisamente este es un excelente momento para tomar una porción de este postre de chocolate que os traigo hoy. Fácil de hacer, resultona y está tremenda de rica. A los muy chocolateros les va a encantar.
Venga que os cuento como hacerla.
Para un molde desmoldable de 20 cm de diámetro
Para la base:
300 g galleta oreo (sin el relleno)
100 g mantequilla
Para la crema:
400 ml nata para montar 35% m/g
400 g chocolate especial postres
100 g mantequilla en dados
Para decorar:
100 g de avellanas tostadas
100 g azúcar
cacao puro en polvo
Preparación:
Comenzamos preparando la base. Para ello vamos a triturar las galletas hasta convertirlas en polvo. Derretimos la mantequilla en el microondas y echamos sobre el polvo de galletas. Mezclamos con una espátula hasta que se forme una especie de arena mojada. Echamos la mezcla en el molde y la repartimos por la base y las paredes presionando hasta que quede forrado. Lo llevamos al horno a 180ºC durante 10 minutos. Retiramos con cuidado y dejamos enfriar sobre una rejilla sin sacar del molde y mientras tanto vamos a ir preparando la crema de relleno. Otra opción es llevarlo al congelador. Escoger la que más os guste. Yo prefiero hornear.

Para hacer la crema de chocolate vamos a trocear el chocolate en pequeñito y reservamos en un bol amplio junto con la mantequilla en daditos.
Ponemos la nata a calentar y justo cuando llegue al punto de ebullición vertemos sobre el chocolate y mantequilla y dejamos reposar 1 minuto. A continuación con unas varillas de mano removemos hasta obtener una crema homogénea y brillante.
Seguidamente vertemos la crema sobre la base de galleta, dejamos templar y llevamos a la nevera durante unas 3 horas antes de consumir. Mejor de un día para otro.

Para el pralín de avellanas vamos a poner el azúcar en un cazo y lo llevamos a fuego medio alto para hacer un caramelo. El azúcar no lo hemos de tocar con ningún utensilio, de lo contrario cristalizaría, pero podemos coger el cazo por el mango e ir haciendo movimientos giratorios de muñeca para que vaya derritiendo por todas partes igual. Hay que estar al tanto de que no se nos queme o amargará. Lo dejaremos hasta que tome un color ámbar. En ese punto añadiremos las avellanas y removeremos con una espátula de silicona o madera para que se impregnen. Y rápidamente las extenderemos sobre un trozo de papel vegetal que habremos dejado preparado previamente.
Dejaremos enfriar por completo antes de trocear.

Desmoldamos la tarta con cuidado y la decoramos espolvoreando cacao puro en polvo con ayuda de un colador o tamiz y finalizamos con las avellanas troceadas.

Esta tarta no necesita frío salvo cuando las temperaturas son muy altas. De hecho es condición sine qua non tomarla a temperatura ambiente para apreciar la textura sedosa del chocolate. Si queremos conservarla en nevera podemos hacerlo evidentemente, pero yo recomiendo retirarla 1 horita antes de consumir. Pensad que el frío siempre endurece un poco el chocolate y la mantequilla. Previo a dividirla en porciones calentaremos la hoja del cuchillo en agua caliente y después lo secaremos. De esta manera haremos cortes precisos.

Si os gustan las trufas, el relleno es el mismo. Aquí le hemos añadido la base de galleta oreo, el cacao amargo y las avellanas caramelizadas. Todo en conjunto hacen de este postre un bocado delicioso como no hay otro. Si bien es cierto que su textura es sedosa y apetecible, a la vez es contundente, por lo que no la aconsejo después de una comida copiosa sino más bien para tomar entre horas.
ADVERTENCIA: Es altamente adictiva 😉
Que la disfrutéis
Ali
