
A pesar de que las estadísticas dicen que viajar en avión es mucho más seguro que en cualquier otro medio de transporte, eso no quita de que muchas personas sientan verdadero pavor. La mente es tan poderosa que la persona que embarca con angustia y pensamientos negativos sufre un infierno.
Pero fijaos que siempre hay gente en este mundo dispuesta a hacer la vida un poco más fácil a los demás y hoy os cuento una anécdota divertida de la que fui testigo en un vuelo de regreso a casa en la que uno de los auxiliares, con la intención de crear un ambiente relajado entre los pasajeros, por megafonía comenzó a decir:
Buenas noches señores pasajeros. El comandante y el resto de tripulantes les damos la bienvenida y las gracias por elegir nuestra compañía con destino Las Bahamas. La duración estimada del vuelo será de 12 horas, siempre y cuando se haya trazado correctamente la ruta de vuelo, que tengo mis dudas… Forman parte de la tripulación: Capitán América al mando, Shrek en el pasillo y en la cola la bella Rapunzel, quien no dudará en prestarnos su larga y preciosa trenza para que podamos deslizarnos cómodamente en caso de aterrizaje de emergencia. Está prohibido jugar a pelota, saltar a la comba o brincar de un asiento a otro. Tampoco está permitido el consumo de alcohol excepto para el piloto. Quien no cumpla estas normas será lanzado al vacío sin piedad. Durante el vuelo les serviremos el menú compuesto de un entrante de foie, continuaremos con unas carrilleras al vino tinto y un postre a escoger entre mouse de chocolate o Pastéis de Belém. Ahora por favor, abróchense el cinturón de seguridad, mantengan el respaldo de su asiento en posición vertical y su mesita plegada. Gracias por su atención y que tengan un feliz vuelo. Ah! y no olviden cruzar los dedos!
Como os quedáis? A decir verdad, en un principio nos mirábamos unos a otros algo confusos cuando dijo que el destino era Las Bahamas. Empleaba ese tono de voz tan pausado y serio que creímos que había habido algún error con la puerta de embarque. Pero conforme avanzaba en su discurso enseguida nos dimos cuenta de que se trataba de una broma simpática que propició un ambiente de risas para terminar con ovaciones y silbidos de aprobación. Muy auténtico sí señor!
Evidentemente, después de esta graciosa bienvenida, prosiguió con la demostración sobre el uso del cinturón de seguridad… máscaras de oxígeno… chaleco salvavidas…. bueno ya sabéis…
Así que hoy, en honor a ese auxiliar de vuelo que durante unos minutos consiguió distraer y divertir a todos los pasajeros, os traigo unos Pastéis de Belém que, según decía, formaban parte del menú que nunca llegamos a catar ejejj….
Ya sabéis que estos pastelitos tan apreciados son originarios de Portugal. Que se conocen también como Pastéis de Nata, dato curioso porque entre sus ingredientes la nata brilla por su ausencia. Y sabéis también verdad que su receta es secreta, tan solo unos pocos maestros pasteleros la conocen. Así que, después de indagar muchíiiiisimo en la red, he dado con una receta maravillosa, que hoy quiero compartir con vosotros porque, sin ánimo de menospreciar, poco tienen que envidiar a los originales, en serio.
Venga va, que comenzamos.
Para unos 15 pastéis:
Una lámina de hojaldre rectangular o cuadrada
Para el relleno:
250 g azúcar
125 ml agua
corteza de 1 limón
1 rama canela
250 ml leche entera
5 yemas de huevo “L”
50 g harina
Lo ideal para este tipo de pastelitos es disponer de los moldes específicos para pastéis tipo tartaleta, los tenemos muy baratitos en el mercado. Otra opción es utilizar un bandejas metálicas para magdalenas o cupcakes.
Comenzamos preparando el relleno. Mirad, aunque nos pueda parecer que es una crema pastelera, no es así exactamente. Esta crema se compone de 2 preparaciones. La primera es un almíbar de limón y canela. Y la segunda es una mezcla de yemas con leche y harina. Después juntaremos las dos preparaciones y ya la tendremos lista.
A mí personalmente me gusta preparar el almíbar la noche anterior para que se intensifique el sabor pero no es necesario. Lo dejo a vuestra elección.
Venga que comenzamos con el almíbar. Ponemos el agua con el azúcar, la corteza de limón (sin la parte blanca: importante) y la rama de canela partida en dos. Llevaremos a ebullición durante 2 minutos desde que empieza a hervir. Retiramos del fuego y dejamos que enfríe por completo a temperatura ambiente. Ya tenemos la primera.
Continuamos con la segunda preparación. En un cazo ponemos la leche a temperatura ambiente y añadimos la harina tamizada. Removemos con unas varillas hasta que no queden grumos y llevamos al fuego medio, sin parar de remover hasta que se forme una especie de papilla. Al primer hervor retiramos del fuego. Con una lengua separamos de las paredes, removemos hasta que quede bien ligado. Añadimos todo el almíbar y removemos con las varillas de nuevo hasta integrar. Si vemos que queda algún grumos le pasamos la minipimer para dejarlo bien fino. Dejaremos templar casi hasta enfriar antes de añadir las yemas. Una vez ha templado batimos ligeramente las yemas y añadimos a la mezcla anterior. Mezclamos bien con unas varillas y pasamos la crema a través de un colador a otro recipiente para retirar posibles grumos. Vertemos la crema en una jarra y reservamos.

Vamos a preparar ahora las tartaletas con el hojaldre. Embadurnamos los moldes con un pelín de mantequilla, lo justito para que no se peguen, no hay que pasarse. Estiramos un pelín el hojaldre y lo enrollamos sobre sí mismo. Mojamos el filo de un cuchillo y cortamos porciones de 1-2 cm (unos 20 g) y los colocamos en el centro de cada molde con el corte hacia arriba.

Nos humedecemos los pulgares con agua y vamos acomodando la masa en el molde a la vez que lo giramos. Hay que hacer una especie de juego con los dedos.

Al principio puede que no nos quede todo lo bien que queremos pero cuando llevéis unos cuantos le cogeréis el punto. Lo importante es que dejemos la masa muy fina, de unos 2-3 mm y sobretodo procurar que no se abran agujeros. Si fuera ese el caso, le pegaríamos un parche de hojaldre con un pelín de agua. Es importante no tocar el borde, trabajar desde abajo y con los pulgares arrastrando y forrando las paredes. Si el borde superior queda muy gordo porque nos sobra masa podemos recortarlo con el cuchillo.

Una vez forradas las hemos de dejar en la nevera para que enfríen bien, mínimo 1 hora.
Precalentamos el horno a 270ºC con calor arriba y abajo. Necesitamos hornear a temperatura muy alta para que se dore bien el hojaldre y la crema quede moteada, es la característica de estos pastelitos. Si vuestro horno no llega a esa temperatura podéis hacerlo a 200 ó 250ºC y aumentar el tiempo de cocción unos 5 minutos aprox. Eso lo deberéis de ver vosotros pues cada horno es un mundo. Es cuestión de ir probando si a la primera no se acierta.
Rellenamos las tartaletas hasta arriba con la crema a temperatura ambiente y con cuidado de no desbordar.

Introducimos la bandeja en el nivel medio del horno y horneamos durante unos 12-15 minutos. Veréis que la crema se infla en el horno y parece que vaya a desbordarse pero tranquilxs, es así. Cuando los retiremos del horno poco a poco se irán desinflando y arrugando que es como deben quedar.
Retiramos del horno, dejamos reposar 5 minutos en los moldes y a continuación con cuidado de no quemarnos los desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Estos pastelitos se toman tibios o del tiempo pues es cuando el hojaldre está crujiente y la crema sedosa. Si nos sobran pastéis, que lo dudo mucho, los conservaremos en la nevera dentro de un recipiente hermético. Estarán buenos igual pero habéis de pensar que el hojaldre se humedece un poco y no será lo mismo.

Y ahora decidme, puede haber algo mejor que un Pastéis de Belém?? Pues sí….. dos 😉
SUGERENCIAS:
*Si tenemos invitados y andamos justos de tiempo, la noche anterior podemos dejar todo preparado, es decir, la crema en una jarra con tapa y las tartaletas ya forradas para que así el hojaldre esté bien frío a la hora de hornear. Las cubrimos con film para que no se resequen. Y la crema la retiramos del frigo con suficiente antelación para que alcance la temperatura ambiente antes de rellenar las tartaletas. Ese día tan solo tendremos que hornear y eso es rápido.
Que los disfrutéis.
Ali
