Tarta de Quintos para Mario

Mi sobrino Mario cumple la mayoría de edad. Debí perderme algún capítulo de su crecimiento cuando, después de unos meses sin verlo, de repente un día pasé de mirarlo de frente a tener que ponerme de puntillas para besarlo. Tremendo estirón el que pegó, está guapísimo!

Mirad, no hace mucho leí una frase que decía: Ser tía es amar a alguien que no es tuyo pero a quien tu corazón le pertenece. Totalmentede acuerdo. Y es que quien tenga sobrin@/s sabe que existe un vínculo especial difícil de explicar con palabras y que se crea desde el primer momento en que los coges en tus brazos. Es así.

Y luego…. ser tía tiene una gran ventaja y es que disfrutas de esas personitas siguiendo las normas de sus padres pero sin ser la responsable principal de su crianza. Vamos… que no hay tantos límites. Y eso los peques lo saben. Saben que con los tíos hay muchas cosas que están permitidas, que todo es diversión, alegría, juego, risas, bailes, noches de cine y palomitas en casa, masterclass de repostería….  

Después conforme se van haciendo mayores tu rol cambia y pasas a ser su confidente, se sienten escuchados, te piden consejos, comparten curiosidades..… Y a mí me encanta que tengan esa confianza, me inflo como un globo de felicidad. Aquello de que solo una tía puede abrazar como una madre, mimar como una abuela, aconsejar como una amiga y guardar secretos como una hermana, en mi caso se cumple y, sinceramente, me siento afortunada porque esa relación que se ha ido forjando desde que eran pequeños ha dado sus frutos con la buena sintonía que hay entre nosotros ahora que son mayores. 

Mis felicitaciones para Mario, al que adoro y quien me tiene robado todo todiiiito el corazón. A partir de ahora comienza una nueva etapa para él. Para celebrarlo ahí va esta tarta hecha con mucho amor como motivo de la festividad de Quintos. 

Os cuento cómo hacerla. 

Lo ideal para este tipo de tartas de varios pisos es hacer un bizcocho que aguante peso. En estos casos me gusta utilizar el clásico cuatro cuartos porque su miga es densa pero a la vez es un bizcocho muy tierno y con un sabor increíble. Además es muy sencillo de preparar y con medidas fáciles de recordar porque todo va a girar en torno al peso del huevo. Partiendo de esto, pondremos la misma cantidad de harina, de mantequilla y de azúcar. No lleva impulsor, así que para lograr que crezca en el horno lo que haremos será batir la mantequilla a punto de pomada con el azúcar durante unos minutos con varillas eléctricas hasta que veamos que ha esponjado y se ha vuelto blanquecina. Añadimos entonces los huevos a temperatura ambiente ligeramente batidos y de poco en poco. Finalmente añadimos la harina y mezclamos con una espátula con delicadeza y movimiento envolvente para que no pierda volumen. Vertemos en el molde y horneamos en horno precalentado a 165ºC. Dependiendo del tamaño del molde y de la cantidad de masa el tiempo variará. Por ejemplo, en este caso he utilizado 3 moldes: de  7, de 12  y de 18 cm de diámetro y el tiempo de horneado ha sido de 30, 45 y 60 minutos respectivamente. Pero como cada horno es un mundo, cuando hayan pasado las 2/3 partes de tiempo de horneado podemos comprobar la cocción insertando una brocheta en el centro.

Para el molde pequeño y mediano he usado la medida de 2 huevos y para el grande la medida de 3 huevos. Con esto tuve para los discos de las pesas. Pero me faltaba bizcocho para las mancuernas, así que hice otro bizcocho con el molde grande pero esta vez utilicé la medida de 4 huevos para que tuviera más altura y poder recortar las 2 piezas hexagonales. 

Siempre se aconseja hacer los bizcochos la víspera y envolverlos en film transparente hasta el día siguiente para que se enfríe por completo y se asiente. Al día siguiente se nivelan, en este caso los dejé con un grosor de 2,5 cm de altura.  

Es un bizcocho tierno que no necesita ser bañado con almíbar pero si lo emborrachamos un poco no le vendrá mal ya que se mantendrá jugoso por más tiempo. Para hacerlo vamos a poner a hervir durante 1 minuto agua y azúcar a partes iguales y un palo de canela para aromatizar. Lo utilizaremos siempre a temperatura ambiente o frío.

Es una tarta que va a ir forrada con fondant. Para que se adhiera al bizcocho es importante que éste tenga una cobertura húmeda. En este caso, una ganache de chocolate negro para la cual se necesitan tan solo dos  ingredientes: chocolate 52% cacao y nata al 35% m/g.  Dependiendo de para qué la necesitemos las proporciones varían. En este caso, al ser para cobertura las cantidades son: el doble de chocolate que de nata. Si la queremos para rellenar o hacer formas con manga pastelera la proporción es la misma cantidad de chocolate que de nata. Tenemos la opción de añadir algún aromatizante o licor o incluso un poco de mantequilla o azúcar invertido para darle brillo.Yo en este caso no he añadido ninguna de ellos. Prepararla es muy sencillo: vamos a trocear en pequeño el chocolate y lo dejamos en un recipiente amplio. En un cazo calentamos la nata y justo cuando alcance el punto de ebullición retiramos y vertemos sobre el chocolate. Dejamos reposar sin tocarlo durante un par de minutos y a continuación con unas varillas removemos hasta obtener una crema homogénea. Cubrimos con film a piel y dejamos reposar a temperatura ambiente para que adquiera textura untable. Podemos dejarla preparada la víspera y si a la hora de usarla vemos que ha endurecido podemos darle unos golpecitos de micro de 10 segundos cada vez e ir removiendo hasta lograr la consistencia adecuada.  

A continuación y con una espátula vamos a ir cubriendo cada disco de bizcocho con la ganache, procurando dejarlos lisos.

Llega el turno del fondant. Es un bloque duro que hay que trabajarlo con las manos el tiempo suficiente para darle calor y ablandarlo sino será imposible estirarlo. A la hora de estirarlo lo ideal es hacerlo sobre un tapete y con un rodillo especiales para ello. Si no disponemos de ellos lo que haremos será espolvorear ligeramente la superficie de trabajo con maizena para que el fondant no se quede pegado. 

En las siguientes fotos podéis ver el paso a paso de la formación y montaje de los discos de pesas y la mancuerna. 

El tubo de plástico que une los dos pesos de la mancuerna es especial para repostería.

Las letras están escritas con ayuda de un pincel fino y pintura comestible.

Y esto ha sido todo.

Mario muy contento con su tarta y yo feliz de verle feliz. Ha sido un placer hacerla. 

Hasta pronto. 

Ali

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