Cortadillos de cidra

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Puede haber en Navidad un dulce más amoroso que un cortadillo de cidra? Puede que sí, no digo que no, pero yo es que a este lo encuentro tan delicadito, siempre envuelto con tanto mimo en su papel que me inspira mucha ternura. Es verdad!!  Es un dulce delicioso que enamora al primer bocado. Y no sé si vosotros también hacéis aquello de partirlo por la mitad porque de primeras dices  uiiiii, es que uno entero es mucho…. pero cuando te lo has terminado piensas qué leches… estamos en Navidad, ya habrá tiempo de dietas en enero jejejjj y acabas zampándote la otra mitad, eso si no se lo ha llevado alguien mientras tanto. Ainssssss… es que es difícil resistirse. Así que para no andar con mitades lo mejor es hacerlos un poco más pequeños y así el remordimiento es menor ;-).

Que de dónde son originarios? Pues mirad, por lo que tengo leído hay varias provincias andaluzas que se atribuyen su autoría, pero lo que sí está claro es que estos dulces los elaboraban las monjitas clarisas de los conventos de Sevilla y que actualmente los más famosos son los de Écija. 

Hacer cortadillos es bien sencillo, es como hacer un sandwich de masa mantecada rellena de cabello de ángel. Esta masa no lleva exceso de azúcar, el dulce se lo aporta el relleno por lo que la combinación es estupenda y bastante equilibrada de sabor. En cuanto a la cidra, para quien lo desconozca, os diré que es un tipo de calabaza de invierno, con un interior jugoso y lleno de filamentos que una vez cocinados dan como resultado el cabello de ángel. Si vais a comprarla al mercado la distinguiréis fácilmente porque tiene forma de balón de rugby (más o menos….) su corteza es muy dura y en tonos verdes y claros. Hoy no nos vamos a liar a hacer cabello de ángel porque en estos días el tiempo corre en nuestra contra y la verdad es que no es difícil encontrarlo ya envasado y muy rico. En mi caso, he aprovechado que aún me quedaba algún frasco en conserva de los que me da mi madre que, como os he comentado en alguna ocasión tiene un don para hacerlo, y siempre que hace me provee para un tiempo largo porque sabe que me encanta, sobre todo para tomar con ensaimadas.  Pero queda pendiente una publicación del paso a paso, que para ser sincera…. no sé cuando será, bueno… sí lo sé….. cuando encuentre una calabaza 😉  Prometido!!

Qué os parece si nos ponemos ya con nuestro dulce de hoy? Os cuento, 

Para unos 25 cortadillos necesitamos:

500 g harina

250 g manteca de cerdo 

125 g azúcar glass + extra para cobertura

80 ml vino blanco seco

Para el relleno:

400 g cabello de ángel

1 c/p canela en polvo y ralladura de 1 limón 

Antes de comenzar con la masa vamos a dejar preparado el relleno. Para ello tan sólo tenemos que mezclar el cabello de ángel con la canela en polvo y la ralladura de limón. 

Para hacer la masa vamos a poner la manteca y el azúcar glass en un bol amplio o en el vaso de la amasadora con el accesorio de pala. Si os acordáis de sacar la manteca  un ratito antes de la nevera para que no esté tan fría pues bien, sino, no pasa nada, nos costará un poquito más a la hora de mezclar pero no influirá en su resultado final el hecho de que esté más o menos fría. Lo que no hemos de hacer es derretirla porque para que se forme ese ligero hojaldrado en la masa, la manteca ha de estar en estado sólido y no líquido. Una vez que tenemos la manteca y azúcar mezclados vamos a ir incorporando de forma alternada la harina tamizada y el vino. Seguimos mezclando hasta que todos los ingredientes se hayan unido y la masa esté suave y lisa. Formamos una bola, envolvemos en film y dejamos reposar unos 20 minutos.  A continuación la pesamos y  dividimos en dos partes iguales. Preparamos un molde rectangular o cuadrado. El que yo he usado es cuadrado y  mide 22 cm de lado. Lo engrasamos ligeramente con mantequilla y cubrimos el fondo y las paredes con papel vegetal para desmoldarlo fácilmente. Ponemos la primera masa entre dos hojas de papel vegetal y con ayuda de un rodillo la estiramos hasta dejarla de un grosor de 6 mm. Con un cuchillo afilado cortamos un cuadrado que mida 1 cm menos por cada lado de lo que mide el molde y así entrará sin problemas.

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Colocamos la masa en el molde y la ajustamos. Extendemos el cabello de ángel por la superficie de manera que quede totalmente cubierta y uniforme.

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Repetimos la operación con la otra porción de masa, es decir, la estiramos y cortamos un cuadrado igual que el anterior. Colocamos sobre el cabello de ángel y acomodamos con las manos, presionando ligeramente para que no queden huecos entre la masa y el relleno.

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Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Colocamos el molde en la bandeja del medio y horneamos durante 40 minutos o hasta que veamos que se dora ligeramente la superficie.

Pasado ese tiempo, sacamos del horno y dejamos que enfríe por completo dentro del molde y sobre una rejilla para que no se forme condensación en la base.

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Y ahora a esperar. Prometedme que vais a controlar vuestra ansia y esperaréis a que se enfríe para desmoldarlo, de lo contrario se os romperá en pedazos porque es muy tierno y la verdad…..  sería una pena. A mí también me cuesta creedme! Cuando hayan pasado un par de horas y se haya asentado, tranquilamente lo desmoldamos. Lo haremos con cuidado tirando del papel vegetal hacia arriba. Con un cuchillo de sierra recortamos los bordes para igualarlos y que el corte sea más bonito.  Cortamos en porciones cuadradas de unos 4 cm de lado aproximadamente, dependiendo del tamaño del cuadrado, lo medimos primero.

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No a todo el mundo le gusta el cabello de ángel, pero en este caso la combinación con el mantecado es brutal. Por eso, a quienes no les guste, les invito a que prueben este bocadito y me apuesto lo que sea…….  los dos yates……  la finca de la sierra…… en serio, lo que sea a que cambiarán de opinión 😉

Como toque final, espolvoreamos generosamente la superficie con azúcar glass.

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Este es un dulce muy agradecido ya que se conserva en perfecto estado dentro de una caja de lata, por lo que podemos dejarlo hecho con varios días de antelación a las Fiestas y olvidarnos. 

Desde este otro lado os animo a que los hagáis, ya habéis visto que no tienen ningún secreto. Hasta la próxima. Besos

Ali

CONSEJOS Y SUGERENCIAS:

*La canela y la ralladura de limón le dan un punto increíble al cabello de ángel. 

*Si en el momento de hacerlos nos damos cuenta de que se nos ha olvidado comprar el vino, podemos sustituirlo por agua. Pero yo os aconsejo el vino porque le da un toque maravilloso. Así que ya sabéis, anotarlo en la lista de la compra como preferente 😉

*Si van a estar expuestos, tened la precaución de cubrirlos con una campana de cristal o envueltos individualmente en papel para mantecados que encontraréis en tiendas especializadas en productos de repostería. De esta manera se conservarán tiernos y la presentación será ideal. 

 

 

 

 

2 comentarios sobre “Cortadillos de cidra

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