Con los dulces pasa como con las prendas de ropa: que te compras una nueva y solo te la pones una vez y luego tienes otras que por muchas veces que te las pongas no te cansas nunca de ellas verdad? Pues eso mismo ocurre con estas galletas que por muchas veces que las comas nunca las aborreces.  Que, por cierto… habéis probado alguna vez las perrunillas? Supongo que la mayoría sí o por lo menos habréis oído hablar de ellas.  Para quienes no, os diré que se trata de unas pastitas o galletas, relativamente gruesas,  aromatizadas con anís, con una textura exterior crujiente y un interior tierno y mantecoso. Están tremendas de ricas y tienen ese aire rústico y hogareño que me encanta.

Es probable que tengan su origen en los conventos, tiene toda la pinta. Lo que sí es seguro es que era costumbre prepararlas en casa, con las recetas de la familia, esas que pasaban de generación en generación y que guardaban como oro en paño. Vamos……  toda una joyita. En mi opinión, es de esos dulces que no deberían caer en el olvido, son un magnifico legado que nos han dejado nuestros mayores quienes los elaboraban de manera artesana y con los humildes ingredientes que tenían en casa.

Suelen prepararse en cualquier época del año pero es en Semana Santa cuando ganan protagonismo. Y como pasa con cualquier otro tipo de dulces, son varias zonas de nuestro país las que reclaman su paternidad, aunque las más populares son las de Extremadura.

Para elaborarlas se utilizan huevos, harina, azúcar, manteca de cerdo y anís dulce. Podríamos sustituir la manteca por aceite de oliva para hacerlas un poco más saludables, el tema está en que ya no alcanzarían el mismo nivel de excelencia ejejej…. Y es que es así, lo digo con conocimiento de causa porque he hecho la prueba y el resultado no es igual. Y no digo que no estén ricas, pero solo puedo deciros que no he repetido. Veis lo que os decía de las prendas de ropa?  Además, si nos ponemos a hacer números, la cantidad de manteca por galleta es muy poca, por lo que no merece la pena, a no ser que quien las vaya a consumir padezca alguna patología que se lo impida, que esa es otra historia. Aún así, como todo en la vida, va en gustos. También hay quien sustituye el anís por brandy….. o reemplaza una parte de la harina por almendra molida… o utiliza aromas como ralladura de limón y canela…. Podemos hacerlas redondas o alargadas…. Como véis hay muchas versiones de estas galletas. Yo os traigo la que a mí más me gusta  y donde mi aportación ha sido añadirle anís en grano para potenciar aún más el sabor. Y es que a mí todo lo que lleve anís…

Os cuento cómo hacerlas. Veréis qué sencillas son y qué poco tiempo nos va a llevar el tenerlas hechas, no más de media hora entre la preparación y el horneado.

Necesitamos (para 15 galletas aprox):

250 g harina

85 g azúcar

125 g manteca de cerdo ibérica (temp. ambiente)

1 yema (temperatura ambiente)

70 ml anís dulce

1 cda anís en grano

Para la cobertura: 

1 clara de huevo batida

azúcar

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.

Retiramos la manteca de la nevera un rato antes para que se temple. Es importante utilizarla a temperatura ambiente, sobretodo que esté blandita pero nunca derretida ya que el resultado no sería el mismo. Queremos lograr una galleta crujiente por fuera pero que por dentro sea tierna y mantecosa.

En un recipiente amplio y con ayuda de unas varillas batimos la manteca junto con el azúcar hasta que se integren. Sin dejar de batir añadimos la yema de huevo, el anís en grano y el anís dulce. Finalmente añadimos la harina y mezclamos con las manos hasta que la masa sea homogénea y se despegue de las paredes del recipiente. Pero ojo!, no la vamos a trabajar mucho o comenzará o desarrollarse el gluten, con lo cual nuestras galletas quedarían muy densas. Así que, en cuando los ingredientes se hayan integrado, nuestra masa estará lista. Es una masa muy agradecida y fácil de trabajar.

Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal o colocamos una tapete de silicona. En este caso, yo he usado un tapete microperforado que funciona genial ya que el calor se reparte por toda la base de la galleta. Son ideales para hornear galletas, hojaldres…. lo recomiendo al 100%

Cogemos porciones de masa de unos 35 g que podemos pesar en una balanza o calcular a ojo. Formamos bolas sin manipular mucho la masa y las vamos colocando en la bandeja de horno dejando algo de separación entre ellas. Con el reverso de una cuchara las aplanamos un poco dándoles forma circular o alargada, como queráis. No las vamos a dejar muy finas y tampoco hace falta que queden perfectas pues eso les dará ese aire rústico tan característico.

Batimos la clara de huevo con un tenedor o unas varillas hasta que veamos que espuma. Pincelamos las galletas con la clara batida y espolvoreamos el azúcar por encima. Esto hará que cuando se horneen se forme esa costra superior crunchy tan rica. 

Horneamos durante 15 minutos o hasta que veamos que empiezan a dorarse. Retiramos del horno, dejamos en la misma bandeja un par de minutos y a continuación con una espátula las traspasamos a una rejilla a enfriar. Tendremos especial cuidado ya que en caliente son frágiles.

Mmmmm…… os podéis hacer una idea de cómo huele mi cocina ahora mismo. Dejaremos que enfríen por completo y ya las podemos consumir, bien solas…. o con un vaso de leche…. o con un vinito dulce….. Cada cual como prefiera.

Dicen que la felicidad está en las pequeñas cosas y este es un buen ejemplo. No dejéis de hacerlas, os van a encantar.

Que las disfrutéis.

Ali

CONSEJOS Y SUGERENCIAS:

*Sobretodo… insisto, la manteca ha de estar blandita, con textura de pomada. Si se nos ha olvidado retirarla de la nevera con suficiente antelación, podemos darle un golpecito de micro, lo justo para que se temple un poco sin que se derrita. Después la batiremos enérgicamente con un tenedor o unas varillas.    

*Podemos añadir otros aromatizantes como ralladura de limón y canela. 

*Estas galletas se conservan en perfecto estado durante días en una caja de lata.