No sé si sois de los míos pero yo siempre me dejo un huequito para el postre. Si me lo quitan, me matan. Y sí que es verdad que hay veces, como en una celebración o un acontecimiento importante…. en el que estás a tope y en el momento de los postres dices “hoy me lo salto”. Pero la tentación está ahí, caes en sus redes y estás perdido. Por eso lo del huequito para el postre. Porque me conozco y en estos casos soy muy débil ;-). Y es que hay que darle alegría al cuerpo, no creéis? Fuera culpabilidades.
Lo ideal en estas ocasiones en decantarte por algo ligerito que no sea el motivo de tener un empacho que nos dure tres días.
Hoy os traigo la tarta mousse de leche merengada. Yo os la he presentado en vasitos, pero las cantidades que os pongo son para un molde de 20 cm.
Necesitamos:
700 ml de nata para montar (35% materia grasa)
100 ml leche entera
100 g leche condensada
5 claras de huevo
4 hojas gelatina
corteza de limón
canela en rama
1 paquete de galletas de canela
80 g mantequilla
canela en polvo para adornar
La noche de antes vamos a verter, en un recipiente con tapa, la leche junto con la canela en rama y la corteza de limón. Tapamos y dejamos infusionar en la nevera hasta el momento de utilizarla.
Trituramos las galletas, mezclamos bien con la mantequilla a punto de pomada y reservamos.
Por otro lado batimos las claras a punto de nieve y montamos la nata (ya sabéis que ha de estar bien fría) Reservamos en la nevera.
A continuación vamos a hidratar las hojas de gelatina. Para ello las vamos a cubrir de agua fría hasta que veamos que se han ablandado.
Colamos la leche en un cazo y la calentamos. Le incorporamos la gelatina bien escurrida y removemos con varillas hasta su completa disolución. Añadimos la leche condensada, mezclamos de nuevo y reservamos hasta que entibie.
Mezclamos las claras con la nata con ayuda de una varilla manual y con movimientos envolventes, de abajo hacia arriba. Añadimos la leche y continuamos mezclando con suavidad.
Preparamos los vasitos y comenzamos a rellenar colocando una primera base de galleta, dejándola suelta sin prensar. Seguidamente vertemos crema encima, más o menos hasta la mitad, una segunda capa de galleta y terminamos con crema hasta el borde.
Alisamos la superficie con una lengua de cocina. Espolvoreamos con canela o le hacemos un dibujo, como en este caso, utilizando una plantilla.
Sólo puedo deciros que está de vicio.
No podéis perderos este bocado.
NOTAS:
-Tomar muy fresquito
-Si no os habéis acordado de preparar la infusión en frío, no pasa nada. Ponéis a calentar la leche con la canela en rama y la corteza de limón durante 5 minutos y la coláis. No tendrá tanto aroma a limón pero también está bueno.
Que rico!!!
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