Para los que sois unos flipaos de las galletas como yo, éstas os van a encantar. Quien no ha tenido en su casa un paquete de galletas príncipe en modo reserva para una urgencia? Nos han sacado de más de un apuro y además de estar buenísimas nos han proporcionado esa energía que aporta el chocolate. Desde que las hice la primera vez no he vuelto a comprarlas. Son un recurso excelente para preparar una merienda improvisada con un buen vaso de leche o para quitarte el gusanillo cuando tienes mono de dulce. Vais a ver qué fáciles son de hacer y es una manera de tener entretenidos a los peques, que se van a sentir los príncipes o princesas de la casa cuando vean horneadas sus galletas. Ahora que, ya os advierto que de ser así,  os estaréis metiendo en la boca del lobo porque van a querer hacerlas muchas más veces.

Para el relleno he utilizado chocolate 70% de cacao porque me encanta, pero perfectamente podéis utilizar otro con menos proporción o incluso de chocolate blanco. Venga, vamos con la receta que en media hora las tenemos listas.

Para unas 20 galletas (40 mitades)       Para la crema de chocolate

125 g harina                                                    100 g chocolate

75 g mantequilla                                            15 ml nata líquida

40 g azúcar glass                                            20 g mantequilla

15 g almendra molida

1 yema de huevo

1 pizca de sal.

Mezclamos en un bol la harina tamizada junto con la almendra en polvo, la pizca de sal, el azúcar glass, la vainilla y la mantequilla muy fría cortada en dados. Con las yemas de los dedos vamos a mezclar los ingredientes hasta que obtengamos una masa arenosa. Añadimos la yema de huevo y seguimos mezclando hasta lograr una bola de masa. No hay que amasarla.

Colocamos la masa entre dos hojas de papel vegetal y estiramos con un rodillo hasta conseguir un grosor de un centímetro aprox. Dejamos reposar en el frigo para que endurezca ya que así a la hora de cortar las galletas nos resultará mucho más fácil. Conforme las vayamos cortando las iremos colocando sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal o sobre un tapete fiberglass. Con ayuda de un palo de brocheta haremos los característicos agujeritos.

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Mientras alcanza la temperatura metemos la bandeja de galletas en la nevera. Porqué de nuevo a la nevera? Porque si están bien frías cuando hayan de hornearse, no va a dar tiempo a que se deformen si se expanden. Es un buen truco a tener en cuenta. Una vez horneadas las dejaremos enfriar en una rejilla para que se aireen por todos los lados igual y queden crujientes. Si no lo hiciéramos así la galleta se humedecería al formarse condensación en la base mientras se enfría. Otro truquito para anotar.  Pequeños detalles que, si los tenemos en cuenta, harán que consigamos un gran resultado final.

Para hacer la crema de chocolate vamos a derretir éste al baño María junto con la nata y, al final del proceso, añadimos la mantequilla. Removemos con una espátula hasta conseguir una crema con la que rellenaremos una manga pastelera. Dividimos las galletas y vamos a ir poniendo el relleno de chocolate en una galleta y tapamos con la otra hasta terminar con todas.

Mmmmm….vosotros no sé, pero yo no he aguantado hasta la merienda para hincarles el diente.

Os apetece una?  Venga, no seáis vergonzos@s que lo estáis deseando 😉

NOTAS:

*Conservarlas en una caja metálica separando cada capa de galletas con papel vegetal.

*Si os gustan más doradas podéis pintarlas con yema de huevo. Yo no las he pintado.

Hasta pronto! Que seáis felices.

Ali