Hoy os traigo unos buñuelos típicos de las fechas que se aproximan. Son tan livianos que se comen en un sin sentir. Se les llama de viento porque al freírse duplican su volumen y resultan bastante ligeros ya que suelen contener grandes burbujas de aire dentro. De ahí que luego podamos rellenarlos si nos apetece con crema, nata, chocolate… Las cantidades que os pongo son para unos 25 ó 30 buñuelos. Aunque no sé deciros con exactitud cuántos salieron porque no me dio tiempo a contarlos ya que, conforme los iba dejando en la bandeja, desaparecían por la acción de unos saqueadores que se iban apropiando de ellos 🙂 Imaginaros, aquello era como una cadena de montaje: coger masa, freír, sacar a la bandeja y desaparecer—coger masa, freír, sacar a la bandeja y desaparecer—coger masa, freír, sacar a la bandeja y desaparecer….hasta que finalmente tuve que lanzar una de esas miradas mías con las que lo digo todo y los ladronzuelos desaparecieron sin dudarlo hasta el momento de servirlos, jejeje. Creo que voy a pedir un plus de producción 😉
Para que queden aún más huecos y poder rellenarlos es preciso incorporar algo de levadura a la masa. En este caso al no ir rellenos yo no le he añadido la levadura. La verdad es que resultan muy esponjosos y tiernos. Me encantan.
Pero vamos con la receta que veréis que no tiene nada.
Necesitamos:
135 g harina
2 huevos “L”
85 g mantequilla
40 g azúcar
170 ml agua
corteza de limón
aceite de girasol
azúcar para rebozar
Lo primero que haremos será calentar el agua junto con la corteza del limón y cuando comience a hervir retiramos del fuego y dejamos infusionar unos cinco minutos. Retiramos la piel del agua, añadimos la mantequilla en dados y seguidamente el azúcar. Llevamos de nuevo a calentar removiendo hasta que la mantequilla y el azúcar se derritan.
En el momento justo en que empiece a hervir retiramos del fuego, echamos de golpe la harina y removemos con una cuchara de madera. Veréis que enseguida se hace una bola que deja el cazo limpio. La dejaremos enfriar unos diez minutos antes de añadir los huevos ya que, de lo contrario, con el calor podrían cocinarse y no es lo que queremos. Añadimos el primer huevo y mezclamos con la cuchara de madera.
Os va a dar la impresión de que no se integra en la masa y de que ésta se divide. Tranquil@s todo va bien, es así. No desistáis, continuad removiendo porque al final se fusionará perfectamente el huevo con la masa. Será el momento de añadir el otro huevo. Pasará exactamente lo mismo. Pero como os decía, hay que seguir mezclando hasta que consigamos ligarla bien. Una vez la tengamos preparada vamos a comenzar a freírlos.
Para el momento fritura vamos a tener en cuenta ciertos detalles como por ejemplo, utilizar aceite de girasol porque es el que menos sabor va a dejar. Vamos a emplear una temperatura media porque si utilizamos una muy alta lo que vamos a conseguir es que se quemen por fuera y queden crudos en su interior. Y si la temperatura es muy baja, van a tardar mucho en hacerse y van a absorber demasiado aceite, quedando pringosos. Por tanto, lo ideal es utilizar una temperatura media para que se hagan bien por dentro y que el exterior quede con un bonito color dorado. Podemos hacerlos de dos maneras: cogiendo porciones con una cuchara de postre y, ayudándonos con otra, echarlos en el aceite. O, como he hecho yo, os engrasáis ligeramente las manos y, sin presionar demasiado, vais formando pequeñas bolitas que echaréis en el aceite. Veréis que enseguida aumentan de volumen y se dan la vuelta ellas solas. De no ser así, habréis de echarles un cable 😉 Cuando comprendamos que los buñuelos están bien cocinados los sacamos sobre papel absorbente y seguidamente los rebozamos en el azúcar. Este paso lo haremos rápido porque si los buñuelos se enfrían el azúcar no quedará adherido. Y ya los tenemos hechos!!
Me había hecho la promesa de no probarlos hasta que el momento de sacarlos a la mesa, pero como os podéis imaginar la he roto 🙂 🙂 total por uno no se va a notar….. además tenía que dar el visto bueno antes de ofrecerlos…… y como me había hecho la promesa a mí misma pues no tenía que rendir cuentas a nadie…… en resumidas, que cualquier excusa es buena 🙂
El interior, como os decía, lleno de burbujas de aire.
NOTAS:
*Si os gusta podéis añadirle a la masa anís en grano, ralladura de limón o naranja…
*En lugar de rebozarlos en el azúcar en grano podemos utilizar azúcar glass pero en este caso hay que dejar que los buñuelos enfríen por completo.
*Para conservarlos lo mejor es un recipiente cerrado, preferiblemente de plástico o cristal.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Que paséis unas Felices Pascuas. Cuatro días no dan para mucho pero yo pienso desconectar y recargar pilas. Besos.
Ali
Me gusta. Parece fácil y han de estar bueniiiiisimos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Luisa. Pues venga no te lo pienses que seguro que no te arrepientes de hacerlos. Un abrazo compi.
Me gustaMe gusta
Creo que además del poder de hacer recetas perfectas puedes leer la mente!!! Esta misma tarde he estado buscando la mejor receta de buñuelos y, mira tú por dónde, aparece de repente la tuya😜. Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias cielete. Jejejej sería genial poder leer las mentes. Lo nuestro ha sido telepatía pura y dura. Pues nada, espero que los hagas y me cuentes si te han gustado. Un abrazo wapa.
Me gustaMe gusta