Lo de las tradiciones está muy bien, pienso que no deberían perderse porque son parte de la herencia cultural que nos han dejado nuestros antepasados. Una de las más ansiadas por parte de los ahijados es la de que sus padrinos les regalen la tan esperada Mona de Pascua. Si bien es cierto que ésta ha ido evolucionando a lo largo de los años, la esencia de lo que simboliza sigue ahí, nos anuncia el fin de la cuaresma y de la abstinencia de determinados alimentos durante ese período (para el que lo respete claro está) Como os decía ha ido evolucionando hasta el punto de que existe rivalidad o competencia para ver quién recibe la mona más bonita. Podemos ver desde la tradicional hecha de masa de pan, hasta una espectacular escultura de chocolate, pasando por el bizcocho genovés adornado. En la actualidad las hay incluso en formato cupcake o galleta. Sean como sean, todas ellas tienen en común algunos elementos como los pollitos, conejitos, huevos de chocolate y plumas.
Yo os traigo una mona en versión bizcocho de fresa enrollado. Hacedla conmigo, veréis como no es tan complicado y seguro que a quien la reciba la va a encantar. Vamos a necesitar:
Para el bizcocho:
120 g harina
120 g azúcar
4 huevos “L”
sirope de fresa
Para el relleno:
500 ml nata 35% materia grasa
70 g azúcar glass
Precalentamos el horno a 170ºC.
Comenzamos haciendo la plancha de bizcocho y para ello vamos a separar las yemas de las claras y montamos éstas a punto de nieve. Aparte, mezclamos las yemas con el azúcar y el sirope de fresa y le añadimos la harina tamizada. Finalmente añadimos, en dos tandas, las claras montadas. Vertemos la masa sobre una bandeja de horno rectangular de unos 35 x 30 cm aprox. la cual habremos forrado con papel vegetal y sobre éste habremos puesto un tapete fiberglass. Con este tapete resulta muy fácil desmoldar después ya veréis. Horneamos durante unos 12´aprox. con calor arriba y abajo. Dejamos enfriar por completo.
Con unas varillas eléctricas vamos a montar la nata la cual debe estar muy muy fría. A mitad del proceso iremos añadiendo el azúcar a modo de lluvia. Hay que vigilar de no pasarnos con el montado de la nata ya que puede cortarse y hacerse mantequilla. Por tanto estaremos pendientes y en cuanto veamos que ha adquirido una consistencia firme pararemos. Rellenamos una manga pastelera con o sin boquilla, es indiferente en este caso, y cubrimos la plancha de bizcocho.
A continuación la aplanamos para repartirla por igual. Con ambas manos cogemos cada uno de los extremos del bizcocho y lo vamos enrollando de modo que éstos queden debajo.
Para finalizar le hacemos un adorno de azúcar glass con ayuda de un cortador de galletas con motivo de conejito
No nos demoremos más y vamos a deleitarnos con una buena porción, os parece?
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que hayáis disfrutado de estos días, a mí desde luego me han sentado de maravilla. Qué felicidad!! y que pena que no hayan sido más 😦 Pero tengo la satisfacción de haber recargado pilas para bastante tiempo.
Hasta pronto. Besos
Ali
Hola Ali!!! He probado tu receta y esta buenissssima 👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻
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Estupendooo Montseeee!!!! como me alegra de que te haya gustado y sobre todo de que animes a preparar cositas. Ya no hay quien te pare! Un besazo wapísima.
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