Estaba esperando una ocasión especial para traeros esta tarta y la encontré. Y es que a mi parecer es una tarta tan delicada, tan femenina y, como no, tan elegante que bien se merece darle protagonismo en un día como hoy dedicado a las madres. Se trata de un merengue francés horneado, de textura crujiente por fuera y con un interior que se funde en la boca. Se dice…se comenta… que esta tarta es fruto de la inspiración del pastelero de un hotel neozelandés que, por lo visto, prendado de la belleza de la bailarina rusa Ana Pavlova, ideó una tarta que reflejara su porte tan delicado y aprovechó una de las estancias de la bailarina en dicho hotel para sorprenderla. Y tanto que la sorprendería!! Ya no sólo por su apariencia sino por su exquisito sabor que no deja a nadie indiferente. Por ponerle un pero, quizá es un poquito dulce pero os puedo asegurar que las fresas le aportan esa acidez que junto con el merengue hacen una combinación perfecta.
Os cuento como hacerla que parece más complicado de lo que es, ya veréis. Únicamente habremos de tener algunas precauciones en su elaboración pero eso lo vamos a ir viendo en el paso a paso. Eso sí, evitad hacerla en días lluviosos ya que la humedad no es amiga del merengue. Venga va, que me enrollo, vamos con la receta 😉
Necesitamos:
Para el merengue:
150 g claras de huevo
300 g azúcar glass
1 cda de harina de maíz
1 cda zumo limón
Para el relleno y decoración:
250 g nata (35% materia grasa)
50 g azúcar glass
sirope de fresa
fresas
Comenzamos montando las claras a velocidad media. Cuando comiencen a espumar le añadimos en forma de lluvia la mitad del azúcar tamizada y subimos la velocidad al máximo. Una vez integrada le añadimos poco a poco el resto del azúcar junto con la harina de maíz y finalmente incorporamos el zumo de limón. Ahora batimos hasta que veamos que el merengue forma picos firmes y está brillante. Cuanto más tiempo empleemos en este paso mejor.
Precalentamos el horno a 80ºC con calor sólo abajo. En un papel vegetal vamos a dibujar un círculo que nos servirá de guía y damos la vuelta al papel para que el carbón del lápiz o la tinta no entren en contacto con el alimento. Colocamos el merengue en el centro del círculo y con una cuchara de metal vamos a ir extendiéndolo hacia el borde, haciendo un hueco en el centro, como si fuera un nido.
Para darle una forma más estética colocamos el reverso de la cuchara en la parte exterior y desde la base vamos subiendo suavemente hacia arriba por todo el contorno de la tarta, pero sin manipularlo demasiado.
Lo colocamos en la parte media-baja del horno y horneamos durante 2 horas. Dos horaaaas??? estaréis pensando. Pues sí, es así. Pensad que la temperatura es muy baja. De esta manera se irá secando poco a poco, sin grietas y conseguiremos un merengue blanquito y con buen aspecto. Si utilizamos una temperatura alta, se nos va a resquebrajar y va a adquirir un tono tostado para nada apetecible.
Una vez hecho lo vamos a dejar enfriar dentro del horno hasta que éste esté completamente frío.
Mientras, vamos a montar la nata y a preparar la fruta. La nata ya sabéis que ha de estar muy muy fría e ir añadiendo el azúzar poco a poco. No os paséis con el montado porque se os puede cortar. Cuando ya veáis que está firme dejáis de batir inmediatamente. Reservamos en el frigo.
Lavamos las fresas que vamos a utilizar en la decoración, escurrimos bien y las cortamos en láminas.
Ahora con mucho mimo, despegamos el merengue del papel y lo colocamos en el plato o stand donde lo vayamos a servir. Os digo con mucho mimo porque es extremadamente frágil y se os puede partir. Lo vamos a decorar, a lo sumo, una hora antes de servir. Así el merengue no perderá su textura crujiente con la humedad.
Colocamos la nata en el hueco que habíamos hecho. Yo he utilizado una manga pastelera pero no es necesario, ya que luego la vamos a extender. Vertemos el sirope por encima y decoramos con las fresas.
Y ya la tenemos. A la hora de servir las raciones, utilizad un cuchillo de sierra y cortarlas poco a poco en zig-zag. Si lo hacéis de un sólo movimiento os la cargaréis.
Mmmmm me encantan los chorretones que bajan por la tarta.
Si gustáis?
NOTAS:
- No es recomendable abrir la puerta del horno durante el proceso de horneado para evitar que pierda calor y le entre aire frío. El choque de temperaturas podría dar lugar a grietas en el merengue.
- El zumo de limón va a dar estabilidad y brillo al merengue.
- Las frutas que mejor le van a este postre son las ácidas ya que equilibran los sabores.
- A ser posible no utilicéis claras pasteurizadas, no montan igual y de hacerlo tardarían mucho tiempo. Y siempre a temperatura ambiente.
Y hasta aquí el postre de hoy. Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerlo porque seguro que vais a sorprender. Besos.
Ali