Habéis probado alguna vez los famosos rollos de canela americanos?? Esos tiernos bollitos de pan dulce, con forma de espiral, rellenos de canela y que una vez horneados se cubren con un glaseado o con azúcar perlado? Pues fijaros que yo hasta hoy no 😦 Eso es porque nunca cayeron en mis manos porque si no….. los hubiera devorado 😉 La verdad es que hace tiempo que les iba detrás pero…… sabéis aquellas cosas que dices “ya los haré otro día”.… Y los días van pasando y nunca llega el momento. Así que, como no estaba dispuesta a dejarlo pasar por más tiempo, hoy los he preparado para merendar. Y bueno…. os puedo jurar y perjurar que no será la primera vez que los haga porque me han encantado. Son tiernos, esponjosos y tienen un delicioso sabor a canela. La masa del bollito no es muy dulce por lo que los más golosos podéis añadirle un poco más azúcar aunque para mí así ya están bien pues con el glaseado se compensa.
Ingredientes:
300 g harina de fuerza
20 g levadura fresca
120 ml leche entera
40 g mantequilla a temperatura ambiente
40 g azúcar
1 huevo “M”
1 pizca de sal
1 cdta esencia de vainilla
Para el relleno:
75 g azúcar moreno
25 g mantequilla
1 cda canela en polvo
Para el glaseado:
100 g azúcar glass
unas cucharadas de leche entera
Disolvemos la levadura en la leche tibia (nunca caliente porque anularía la acción de la levadura). En un recipiente amplio echamos la harina, la pizca de sal, el azúcar, el huevo, la vainilla, la leche con la levadura y comenzamos a amasar. Cuando hayan pasado unos 5 minutos añadimos la mantequilla en dados y continuamos amasando hasta conseguir una masa elástica y suave, más o menos unos 10 minutos. Os hablo de tiempos en amasadora. Si lo hacemos a mano invertiremos el doble de tiempo. Ponemos la masa en un bol grande previamente engrasado y cubrimos con un paño o con film transparente. Dejamos levar un par de horas en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire.
Este es el aspecto que tendrá la masa cuando haya crecido.
Mientras tanto, habremos dejado preparado el relleno mezclando en un bol el azúcar moreno y la canela. Y habremos aprovechado también para engrasar el molde donde los vamos a colocar. Normalmente se hornean todos juntos en un mismo molde ya sea cuadrado, redondo o rectangular, como si fuera un pastel de rollitos. Pero también podéis hornearlos individualmente, eso ya como vosotros queráis. A mí me gustan de las dos formas. Si engrasáis el molde ya no es necesario poner papel vegetal, pero yo en el mío lo he puesto porque es de hierro fundido y es fácil que se queden pegados.
Pasado el tiempo de este primer levado, la estiramos sobre la mesa de trabajo previamente enharinada. Le damos forma rectangular dejándola con un grosor de unos 6mm aprox. Derretimos la mantequilla y pincelamos con ella toda la superficie de la masa.
Repartimos por encima el preparado de canela y azúcar y aplanamos ligeramente con el reverso de la cuchara para que la mantequilla lo absorba.
Comenzamos a enrollar la masa por el lado más largo tal y como se ve en la fotografía. Si los hacemos individuales sería bueno sellar las juntas mojando el final de la masa con un poco de agua para que las puntas no se despeguen durante el horneado.
Cortamos los rollitos del grosor que queramos y los vamos colocando en el molde unos junto a otros, dejando un poco de separación entre ellos para que al crecer en el segundo levado se junten. Es como quedan bonitos.
Esta vez los dejaremos levar 1h y, como la vez anterior, tapados y en lugar alegado de corrientes de aire, por ejemplo dentro del horno apagado.
En este punto comentaros que, tan importante es respetar el tiempo mínimo de levado como el máximo. Si nos quedamos cortos la masa no estará tan esponjosa después y, si nos pasamos, corremos el riesgo de que la masa pierda la estructura del gluten y obtengamos como resultado un rollito hueco, sin miga. Por ello si vemos que ha pasado el tiempo de este segundo levado y justo en ese momento tenemos un imprevisto y no los podemos hornear, meteremos el molde en la nevera para frenar el crecimiento.
Pasado el tiempo del segundo levado toca hornear, por fiiiiin!!!
Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Pincelamos con suavidad los rollitos con un poco de leche y horneamos en la rejilla central durante 20´aprox, dependiendo del tamaño que tengan.
Una vez hechos preparamos el glaseado. Para ello pondremos el azúcar glass en un recipiente y le iremos añadiendo la leche poco a poco a cucharadas hasta que veamos que tiene una consistencia suave, brillante y un poco espesa. Lo mezclaremos con varillas de mano para deshacer los grumitos que puedan haber. Finalmente vertemos el glaseado sobre los rollitos. Y este es el resultado.
Os invito a que los hagáis porque de verdad que están de puro vicio, tanto que a mí me se hace imposible comer solo uno 😉
Se sirven templados o fríos y sobre todo hechos del día pues ya sabéis que la bollería tiene una vida muy corta. Si aún así os sobran para el día siguiente os aconsejo que en el momento de tomarlos les déis unos segundos en el micro para que se templen. Parecerán recién hechos.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya gustado. Besos.
Ali
Consejos y Sugerencias:
*La mantequilla la incorporaremos siempre después de unos minutos de haber empezado a amasar y haya empezado a desarrollarse el gluten porque si la añadimos desde el principio ese desarrollo va a ralentizarse, necesitando por tanto más tiempo de amasado. Esto es aplicable a cualquier masa que hagamos que lleve este ingrediente.
*Aunque la masa siga pegajosa en mitad del amasado, no os precipitéis añadiéndole más harina de la que os indico. Llegará un momento en el que se os despegará de las manos. Es cuestión de amasar y amasar. No hay ningún secreto, es tener paciencia.
*Estos rollitos admiten otro tipo de especias aparte de la canela. Podemos añadirle nuez moscada, clavo, pimienta de Jamaica…. Como siempre os digo, va en gustos.
*También podemos incorporar a la masa unas pasas o incluso frutos secos.
*La canela junto con el azúcar moreno le dan un punto acaramelado increíble.