
En realidad debería de haberse llamado Tronco de Navidad de pannacotta de tres chocolates, pero visto que apenas se aprecia la diferencia de colores entre el chocolate con leche y el chocolate negro pues le he cambiado el nombre. Sin embargo el sabor de uno a otro sí que cambia, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Quien más quien menos conoce o ha oído hablar de la tarta de tres chocolates, eh que sí? Se hizo viral hace unos años por su sencillez a la hora de prepararla pero sobretodo por lo deliciosa que es. Y sigue en la cresta de la ola. Con ella siempre quedas bien, no importa si eres o no muy chocolatero que caerás rendido, te lo garantizo. En esta ocasión le he dado un poquito la vuelta a esta tarta y la he preparado de manera diferente. Y os explico, es un postre que no requiere de horno y, para que cuaje, normalmente vemos que se prepara con cuajada en polvo. Bien, pues en este caso en lugar de cuajada la vamos a preparar con gelatina y vamos a sustituir la leche por nata que son los ingredientes que se utilizan para hacer pannacotta. Me encanta la pannacotta, es otro de los postres que ocupa uno de los primeros puestos en mi lista de preferidos, por su simpleza a la hora de elaborarla y por la textura tan cremosa que tiene lo cual se consigue utilizando una cantidad determinada de gelatina. Es la única “dificultad” de este postre pues pensad que si añadimos más gelatina de la cuenta el resultado será gomoso y si nos quedamos cortos no cuajará y se desparramará. He estado haciendo pruebas para ajustarla y creedme, con las cantidades que os indico os quedará de diez. Por cierto, voy a estar un tiempecito sin volverla a hacer porque ya me sale por las orejas….. esto no está pagao ajajajjajj… Para rematar la faena vamos a cubrir nuestra tarta con un glaseado espejo de chocolate negro y ya va a ser….. lo más. Para poder glasearla y que no se derrita la hemos de congelar, lo cual nos viene perfecto ya que podemos dejarla hecha y en el congelador unos días o incluso semanas antes y nos olvidamos del postre. La mañana del día en que la vamos a consumir la desmoldamos, cubrimos con el glaseado y la dejamos en la nevera hasta el momento de disfrutarla. Para desmoldarla con facilidad vamos a necesitar un molde de silicona, bien sea redondo, alargado, con formas….. como queráis. O incluso, en formato individual si tenéis flaneras de silicona, puede quedar muy coqueto y no hay que estar cortando las raciones. Yo he estrenado el que después veréis, me lo regalaron en mi cumpleaños y acertaron de pleno porque me ha venido de perlas. Pero venga, que os cuento cómo hacer esta ricura. Necesitamos:
Para la pannacotta de chocolate blanco:
400 ml nata líquida 35% m/g
100 g chocolate blanco
3 hojas gelatina
Para la pannacotta de chocolate con leche:
400 ml nata líquida 35% m/g
100 g chocolate con leche
3 hojas gelatina
Para la pannacotta de chocolate negro:
400 ml nata líquida 35% m/g
100 g chocolate negro 70% cacao
3 hojas gelatina
Para el glaseado espejo de chocolate:
9 g gelatina en polvo
150 g azúcar
150 g glucosa líquida
100 ml nata líquida 35% m/g
80 ml agua
150 g chocolate negro 70% cacao
Para la base:
plancha de bizcocho de chocolate o melindros o sobaos pasiegos….
Para la decoración:
fondant blanco + cortadores
colorante en polvo bronce metalizado + brocha
fideos de chocolate
50 g chocolate negro (para las esferas) + molde mini esferas
Comenzamos preparando la pannacotta de chocolate blanco. Para ello, por un lado vamos a trocear el chocolate en pequeñito y lo dejamos en un recipiente amplio. Por otro lado ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras se hidratan calentamos la nata en un cazo a fuego medio-alto. Cuando alcance el punto de ebullición retiramos, vertemos sobre el chocolate y añadimos la gelatina hidratada y escurrida. Removemos con unas varillas hasta que se derrita tanto la gelatina como el chocolate y obtengamos una mezcla homogénea. Vertemos sobre el molde y dejamos templar a temperatura ambiente. Por último llevamos a la nevera a cuajar.

Al cabo de un par de horas más o menos comprobaremos que ha cuajado y será el momento de continuar con la preparación. Al hacerlo con gelatina y no con cuajada tarda un poco más en gelificar. Solo hay que tener un poquito de paciencia porque el resultado merece la pena.
Le toca el turno a la pannacotta de chocolate con leche. La preparación es igual que la anterior. Lo que sí vamos a hacer es que una vez preparada la vamos a dejar templar unos cinco minutos. Seguidamente la verteremos en el molde con delicadeza para no agujerear la pannacotta de debajo. Ah, importante!! previamente pincharemos con un tenedor la pannacotta que ya está cuajada para que la siguiente se adhiera bien y así evitar que patinen las capas y se desmonten a la hora de servir las raciones.

Y lo mismo, dejamos templar y después llevamos a la nevera a cuajar. Esperamos el tiempo de gelificado.
Y para terminar, preparamos la pannacotta de chocolate negro repitiendo la operación y vertiéndola sobre la de chocolate con leche.

Antes de llenar el molde por completo pondremos una lámina de bizcocho o de melindros o de sobaos pasiegos….. lo que os apetezca, con cualquiera quedará bien. Yo, como mujer previsora que soy jejej….. guardé en el congelador un trozo de bizcocho de chocolate que preparé hace unas semanas, así que solo he tenido que cortarlo a la medida. Y me ha venido de cine pues ya sabéis que estos días vamos un poquito atareados con preparativos y demás.

Terminamos de cubrir con la mezcla. Llevamos a la nevera a enfriar unas horas y finalmente al congelador. Lo ideal es dejarlo preparado la víspera o días antes como he hecho yo.

Las decoraciones también las vamos a dejar hechas unos días antes. Para las figuras en forma de copo de nieve vamos a utilizar fondant y unos cortadores. Les damos forma, unas más grandes que otras. Para hacer las esferas vamos a trocear en pequeñito el chocolate y derretimos en el microondas en intervalos de 20 segundos, removiendo cada vez para evitar que se queme. Una vez lo tengamos derretido vertemos una cucharada en una de las cavidades del molde y lo vamos girando de modo que se cubra toda. Seguiremos haciendo semiesferas hasta terminar el chocolate. Vamos a hacer algunas de más por las que puedan romperse. Las dejaremos enfriar en el propio molde y en la nevera hasta que solidifiquen. Os recomiendo dejarlas toda una noche en la nevera para que endurezcan bien. Después las desmoldamos con cuidado de no romperlas. Para formar las esferas vamos a calentar una sartén antiadherente, cogemos una semiesfera en cada mano, las colocamos boca abajo un segundo en la sartén e inmediatamente las unimos. Dejamos endurecer en la nevera nuevamente.
Tanto las esferas como las figuras de fondant las vamos a pintar con colorante en polvo metalizado de color bronce. Pero para ello hemos de dejar que se sequen o de lo contrario al estar húmedas lo absorberán y no se tintarán bien. Para pintarlas utilizaremos una brocha de maquillaje. Reservamos nuestras decoraciones fuera de la nevera y en un lugar seco.

Para preparar el glaseado espejo troceamos primeramente el chocolate y reservamos en un recipiente amplio. Ponemos la gelatina a hidratar en 1/2 vasito de agua fría durante unos minutos. Mientras tanto, en un cazo echamos el azúcar, el agua y la glucosa líquida y lo vamos al fuego removiendo constantemente hasta que alcance los 103ºC. Aquí sí que es imprescindible utilizar un termómetro de cocina para controlar la temperatura, no vale hacerlo a ojo. Si no tenéis os recomiendo haceros con uno, los venden muy baratitos y os vendrá muy bien para otras preparaciones. Retiramos del fuego, añadimos la nata y la gelatina hidratada y seguidamente vertemos esta preparación sobre el chocolate troceado. Dejamos que repose un minuto y removemos con unas varillas para homogeneizar la mezcla. A continuación lo batimos con una batidora de mano procurando no introducir aire a la mezcla para que no se formen burbujas que después afearían el resultado final. Pasamos la mezcla por un colador a una jarra y reservamos. Hay que esperar a que baje la temperatura a los 35ºC.

Sacamos la tarta del congelador, la desmoldamos retirando el molde como nos quitásemos un guante al revés. Colocamos la tarta sobre una rejilla y ésta a su vez sobre una bandeja pues el chocolate sobrante se puede reutilizar. Vertemos el glaseado por todo el contorno. Hay que verterlo con rapidez porque al contacto con la tarta helada enfriará muy rápido y no resbalará hacia abajo, quedando a medio bañar. Si en el momento de verterlo nos parece que está muy espeso siempre podemos darle unos segundos de micro para subir algún grado.

Pasados unos minutos habrá dejado de gotear y toca ponerla en la bandeja de presentación. Mirad, la forma más sencilla es pasando una espátula larga por debajo de la tarta, acercar la bandeja y con un movimiento preciso traspasarla. Os juro que para mí este momento es el que más me estresa, en serio, pues un paso en falso puede hacer que se resbale y se nos caiga y entonces….. qué hacemos? Ayyy Dios!!! Para que no nos pase eso, nada mejor que estar concentrados en lo que hacemos. Y como seguro que alguna zona de la base habrá sufrirdo algún percance en el traspaso, lo que vamos a hacer es disimularlo decorando todo el contorno con fideos de chocolate a modo de embellecedor y…… aquí no ha pasao na´ jejejj….

Llevamos a la nevera hasta el momento de consumir, necesitará como mínimo unas 7 horas para descongelarse, pensad que es un bloque grande y le cuesta. Por ello, lo ideal es dejarla hecha de un día para otro. Los elementos decorativos los pondremos justo en el momento de sacarla a la mesa para que conserven toda su integridad, no nos llevará más de un minuto. Cortaremos las porciones con un cuchillo afilado, limpiando el filo después de cada corte.

Véis lo que os decía al principio? Visualmente, apenas se aprecia la diferencia entre el chocolate con leche y el chocolate negro. Y no será porque no utilicé buenos chocolates. En fin….. lo importante es el sabor.
Es una lástima que la foto no le haga justicia a la textura tan cremosa que tiene, pero os lo podéis imaginar o…… casi que mejor la hacéis y ya me contáis que tal eh…. que os parece? 😉
Y bueno…. desde aquí desearos una FELIZ NAVIDAD y sobre todo que seáis muy muy felices. Besos
Ali
Cómo siempre, impresionante!!! Felices fiestas preciosa!!! Un besazo enorme!!!
Me gustaMe gusta
Gracias Isa corazón. Igualmente Felices Fiestas y mis mejores deseos para el 2022. Besos
Me gustaMe gusta
Gracias corazón. Igualmente, te deseo unas Felices Fiestas y mis mejores deseos para el 2022. Un abrazo wapisima.
Me gustaMe gusta