
El viernes pasado, dando un paseo por los pasillos del supermercado…. y digo dándome un paseo porque aunque llevo memorizado en mi cabecita lo que necesito comprar, por lo general….. sieeeeeempre me dejo alguna cosa. Y es algo que me da mucho coraje cuando me doy cuenta una vez que estoy en casa, porque…. vístete de nuevo….. cálzate…. y hala bonita vuélvete por donde has venido a por lo que se te olvidó. Por eso, para evitarlo..…. pues me paseo. Costumbre peligrosa la de pasearse sobretodo si tienes el estómago vacío porque todo se te antoja. Mi primera parada fue frente a los estantes de las galletas y chocolates, mira tú que casualidad!! Y vi unas galletas que creo haber probado en alguna ocasión pero hace mucho mucho tiempo, tengo un vago recuerdo. Fig Newton indicaba en el envoltorio. Total que las compré y como me gustaron, eché mano de nuestro amigo google, que tiene información de todo lo que le pidas y encontré varias recetas que… a saber cuál de ellas era la más acertada…. pero que, entre unas y otras y con un poquito de mi aportación logré hornear unas galletas riquísimas. Tienen el punto justo de dulzor que queda compensado con el relleno de pasta de higo. Son ideales para deportistas por su aporte energético, pero también para picar entre horas… para llevar de viaje…. para acompañar un café… o qué se yo… pues para darle a la vecina del quinto que te cae simpática jejjej.. 🙂 Comparándolas con las que compré puedo deciros que se asemejan mucho, pero nada como las hechas en casa. Y a mí, que soy fan de todo alimento crujiente, puedo deciros que me gustan incluso más al día siguiente pues la galleta al llevar el relleno tiende a ablandarse y los sabores se fusionan. Si tenéis interés en hacerlas, seguid leyendo que os voy a enseñar una técnica genial para que el relleno quede perfectamente integrado, ya veréis…. es muy fácil. Empezamos,
Para la masa de galletas (para 20-25 unidades):
100 g mantequilla a temperatura ambiente
70 g azúcar moreno molido
1 huevo “L” a temperatura ambiente
1 cdta vainilla en pasta
ralladura 1/2 naranja
200 g harina
1/4 cdta de canela
1/4 cdta de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
Para el relleno
200 g higos secos
125 ml taza agua
1 cda azúcar
jugo de 1/2 naranja colado
ralladura de 1/2 naranja
1/2 cucharadita de canela
1 cucharadita de miel
Comenzamos preparando la masa de las galletas. Hemos de retirar la mantequilla de la nevera un rato antes para que se temple y adquiera textura de pomada. En cuanto al azúcar moreno yo suelo molerlo para hacerlo polvo, como si fuese azúcar glass, es una práctica que aplico siempre porque me funciona muy bien en las recetas, pero vosotros como queráis.
En un recipiente amplio y con ayuda de unas varillas eléctricas batimos la mantequilla junto con el azúcar molido durante unos 3 minutos más o menos hasta conseguir una especie de crema suave y esponjosa. Añadimos el huevo, el extracto de vainilla, la ralladura de naranja y batimos nuevamente hasta integrarlos.
Tamizamos el resto de ingredientes secos, es decir: la harina, la canela, el bicarbonato y la sal. Y los añadimos a los ingredientes húmedos, mezclando con una espátula hasta formar una pasta. La cubrimos con film y dejamos reposar en el frigo una hora o más.

Mientras tanto, vamos a preparar el relleno. Quitamos el rabito a los higos y los echamos a un cazo junto con el agua, el zumo de naranja colado, la ralladura de naranja, la canela, y el azúcar. La miel no la vamos a incorporar ahora porque al cocinarse pierde propiedades. Cocinamos a fuego lento durante 10 minutos, hasta que los líquidos se hayan evaporado y los higos se hayan hidratado, removiendo de vez en cuando. Retiramos del fuego, añadimos la cucharada de miel y trituramos hasta que se forme una pasta espesa. Dejamos enfriar.

A continuación extendemos un trozo de film del tamaño de la masa, ponemos la masa dentro, hacemos un rulo del mismo tamaño que el largo de la masa y cerramos los extremos como si fuera un caramelo. En la foto lo veréis mejor.

Sacamos la masa de galletas de la nevera. Entre dos hojas de papel vegetal y con ayuda de un rodillo la estiramos a lo largo dejándola de un grosor de unos 4mm. De ancho que tenga más o menos unos 7 cm a no ser que queráis hacerlas más grandes. Ponemos el rulo de pasta en uno de los extremos de la masa estirada y comenzamos a enrollarla.

Lo hacemos girar sobre la mesa suavemente para que se selle la unión y no se abra al hornearse. Colocamos el lado de la junta hacia abajo.

A continuación colocamos una hoja de papel vegetal sobre el rulo y con un rodillo lo aplanamos muy ligeramente, sin presionar.

Y llevamos de nuevo a la nevera a endurecer mientras precalentamos el horno a 170ºC con calor arriba y abajo. Una vez que el horno ha alcanzado la temperatura introducimos el rulo aplanado en el nivel medio del horno y horneamos durante 20 minutos.

Retiramos del horno, traspasamos a una rejilla y dejamos templar. Con un cuchillo de sierra cortamos las galletas del tamaño que queramos, en este caso son de 3 cm.

Y ya las tenemos listas para devorar.
Si no las habéis probado nunca, os invito a hacerlas. Os van a encantar, os lo garantizo!

Se conservan en perfecto estado dentro de una lata metálica o en un frasco de cristal durante una semana, aunque seguro que se terminarán antes 😉
Feliz domingo.
Ali