Cake Pops
El fenómeno cake pop se puso de moda hace unos años y desde entonces no ha dejado de sorprender con la variedad de decoraciones que admite, desde sprinkles de multitud de variedades y colores hasta pintura comestible pasando por los elementos de fondant como en este caso. Mi idea era preparar unos cake pops elegantes y a la vez que no pasaran desapercibidos y creo que lo conseguí. Una sencilla rosa roja lo hizo todo. Les otorgaba el carácter que necesitaban para que no fueran sólo unas bolitas de bizcocho bañadas.
La base principal para su elaboración es el bizcocho. Sin embargo como receta de aprovechamiento, podéis hacer uso de bollería que tengáis en casa tipo magdalenas, melindros o bizcocho que tengáis ya empezado.
En este caso horneé uno un poquito más compacto, después os explico el porqué. Aquí os dejo los ingredientes por si os interesa.
Para el bizcocho necesitamos:
200 g azúcar
250 g harina
200 g mantequilla en pomada
40 ml leche
3 huevos XL
1 cdta levadura química
agua de azahar
Para la cobertura:
candy melts blancos
Para el adorno:
fondant rojo
palitos para cake pops
Pegamento comestible
Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y abajo.
Con unas varillas eléctricas vamos a mezclar los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y aumenten su volumen. A continuación incorporamos la mantequilla, mezclamos bien y añadimos los huevos uno a uno sin dejar de batir hasta que estén bien integrados. Tamizamos la harina junto con la levadura y la vamos a añadir manualmente y con suavidad, alternando con la leche. Forramos la base de un molde con papel vegetal y engrasamos las paredes. En este caso es indiferente el tipo de molde. Vertemos la masa y horneamos durante 40´aprox, lo comprobaremos pinchando con un palillo. Si sale limpio lo retiramos del horno y dejamos enfriar en el molde.
Necesitamos que al hacer las bolitas éstas no se rompan en varios trozos. Para ello lo que se suele utilizar es una pequeña porción de queso crema que ayuda a compactar la masa. Pero qué pasa con esto? pues que el queso crema necesita conservación en frío. Yo tenía ese elemento en contra ya que la mesa iba a estar expuesta durante varias horas antes de su degustación y no podía arriesgar. Es por ello que decidí hacer este bizcocho que es un poquito más compacto y no necesita de ningún otro ingrediente para que cohesione la mezcla.
Desmoldamos el bizcocho y lo desmigamos con las manos limpias o con un triturador, le añadimos unas gotas de agua de azahar (aquí la cantidad va a gustos). El agua de azahar les aporta un aroma delicioso que recuerda al roscón de reyes.
Comenzaremos a hacer las bolas de unos 20 g (las pesaremos en balanza). Os voy a contar un truquito que cuando lo descubrí grité de la emoción 🙂 , veréis que os va a encantar. Se trata de hacer la bolita con las manos lo más redonda posible y con ayuda de dos mini recipientes con forma curva en su interior la vamos a hacer girar sobre la superficie de trabajo hacia la derecha y hacia la izquierda, a máxima velocidad. De esta manera la bolita se moldeará y desaparecerán las imperfecciones. Es fantástico!
Derretimos una pequeña porción de candy melts al baño maría. Mojamos los palitos y los insertamos en las bolas, más o menos hasta la mitad, con cuidado de no traspasarlas. Llevamos al frigo para que enfríen y solidifiquen y así de esta manera al bañarlos no se desprenderán del palito. Las dejamos allí mínimo 1 hora.
Derretimos el resto de candy melts al baño maría, a fuego medio-alto y procurando que no salpique agua dentro del recipiente porque nos los arruinaría. Si vemos que una vez derretidos el resultado es muy espeso podemos añadirle manteca vegetal o manteca de cacao que ayudará a aligerar. La proporción sería: por cada 100 g de candy melts 20 g de manteca. Cogemos el primero de los cake pops lo introducimos en el recipiente para bañarlo y lo sacamos rápidamente, dejando que gotee el sobrante y seguidamente lo depositaremos sobre el papel vegetal que habremos dejado preparado con anterioridad. Lo dejamos enfriar por completo.
Para hacer la rosa utilizaremos fondant rojo. Como una imagen vale más que mil palabras, en las siguientes fotos podéis ver el paso a paso de cómo hacerla.
Es preferible hacer las rosas unos días antes para que se sequen y conservarlas en una lata metálica. Con una gota de pegamento comestible o de candy melt, la pegaremos al cake pop sujetándola con los dedos hasta que esté completamente pegada y para terminar colocaremos un lazo en el palito.
NOTAS:
*Los candy melts son unas grageas que se funden fácilmente y se usan para realizar coberturas. A diferencia de lo que pueda parecer, no se trata de chocolate sino de otro tipo de preparado. Los encontraréis en tiendas especializadas en repostería.
*Los hay de diferentes sabores y colores. No obstante podemos teñirlos y aromatizarlos con colorantes y aromas indicados especialmente para candy melts, que tienen una base de aceite en su composición.
Lamingtons de fresa
Los lamingtons son unos pastelitos de origen australiano que se elaboran partiendo de un bizcocho dividido en cuadrados o cubitos (como lo queráis llamar), bañados en una salsa de chocolate y finalmente rebozados en coco rallado. Yo en este caso y para hacerlos un poquito diferentes, el baño se les hice con un coulis (salsa) de fresa casero. Deciros que estos pastelitos ganan mucho más si se consumen al cabo de unas horas de estar hechos ya que para entonces el coco se habrá hidratado en contacto con el coulis y en conjunto adquiere una textura tierna, jugosa y muy muy rica. Escogeremos un molde rectangular o cuadrado para no perder bizcocho cuando hagamos las particiones. Vamos a hacer un bizcocho genovés porque es el más tierno de todos. Estos son los ingredientes:
Para el bizcocho:
120 g harina
120 g azúcar
4 huevos L
Para el coulis:
125 g. fresas
80 de azúcar
50 g mantequilla
Para el rebozado:
coco rallado
Ya veis qué pocos ingredientes se necesitan para hacer este bizcocho. Ni siquiera lleva levadura. Al ser tan tierno es preferible hacerlo la víspera para que se asiente bien y no tengamos problemas a la hora de dividirlo. Mientras preparamos la mezcla pondremos a precalentar el horno a 170ºC con calor arriba y abajo.
Comenzamos batiendo los huevos junto con el azúcar hasta que veamos que la mezcla ha blanqueado y ha aumentado su volumen, más o menos unos 10 minutos con varillas eléctricas. Este es el secreto de que resulte tan esponjoso sin necesidad de levadura. Seguidamente vamos a ir añadiendo la harina tamizada poco a poco y la vamos a integrar manualmente con una lengua de silicona, realizando movimientos envolventes de abajo hacia arriba, procurando que no se baje el volumen de la mezcla.
Otra manera de hacerlo es separando las yemas de las claras y montar éstas a punto de nieve. Mezclamos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y del mismo modo que el anterior añadimos la harina tamizada. Finalmente vamos añadiendo en varias tandas las claras montadas y con movimientos envolventes hasta que consigamos una masa homogénea.
Forramos la base del molde cuadrado de unos 22 cm aprox. o rectangular (el que tengáis) y engrasamos las paredes. Vertemos la mezcla y horneamos durante 30 minutos aprox. Comprobamos que esté hecho pinchando con un palillo y si sale limpio ya podemos retirar el bizcocho del horno. Dejamos reposar en el molde hasta que enfríe y desmoldamos. Envolvemos en papel film para que no se reseque y reservamos hasta el día siguiente.
Con un cuchillo de sierra o una lira igualamos la parte superior y los laterales del bizcocho. A continuación lo medimos y cortamos en cubos de unos 3 cm.
Para preparar el coulis (o salsa) vamos a lavar las fresas, las troceamos y ponemos en un cazo junto con el azúcar a fuego medio. Veremos que enseguida empieza a burbujear, a partir de entonces lo dejaremos cocer unos 5 minutos. Retiramos y trituramos. Si lo necesitáramos para otro tipo de presentación lo que haríamos sería colarlo para obtener una salsa muy fina. En este caso nos va perfecto que tenga un poquito de cuerpo.
Hasta aquí ya lo tendríamos hecho. Pero para suavizar el punto ácido que le aportan las fresas, lo pondremos de nuevo al fuego junto con la mantequilla cortada en dados y removeremos hasta que se haya derretido. Otra opción más cómoda en lugar de hacerlo es comprar mermelada de fresa y seguir el mismo procedimiento. Os lo dejo a vuestra elección.
Preparamos dos cuencos, uno con el coulis y otro con el coco rallado y vamos a ir mojando los cuadrados y rebozándolos.
Como sugerencia también podéis partirlos por la mitad y rellenarlos con mermelada. Yo en este caso no lo hice pero no descarto hacerlo la siguiente vez que los prepare.
Tierno por dentro, jugoso por fuera…….uffff de muerte!!
Qué poco se necesita para sentir felicidad!!!
Bombón carrot cake
Qué mesa dulce que se precie no tiene entre su surtido unos bombones? Alegran la vista y el paladar, sobre todo a los amantes del chocolate. En este caso los hice de chocolate blanco al objeto de introducir un nuevo sabor entre los dulces de la mesa. Había que rellenarlos con algo para que tuvieran un poquito de gracia y recordé que en una ocasión había preparado un frosting (crema) de chocolate blanco para acompañar un bizcocho de zanahoria (carrot cake). La combinación era magnífica ya que ese bizcocho no es especialmente dulce y a unirse al chocolate blanco se lograba un buen equilibrio. Tengo pendiente publicar esa tarta al completo más adelante. Pero ahora os explico como preparar estos bombones. Lo primero vamos a preparar es una pequeña plancha de bizcocho ya que tan sólo necesitamos unos trocitos.
Para la plancha de bizcocho:
65 g harina
50 ml aceite girasol
75 g zanahoria rallada
90 g azúcar
1 huevo “L”
1 cdta canela en polvo
1 pizca de sal
1 cdta levadura
1/cdta bicarbonato
Para el bombón:
chocolate blanco
Para la rosa:
fondant rosa de dos colores
Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. En un recipiente y con unas varillas vamos a mezclar el aceite con el azúcar, añadimos el huevo y seguimos mezclando hasta que esté bien integrado. Tamizamos la harina junto con la canela, el bicarbonato, la levadura y la pizca de sal y vamos a incorporar poco a poco. Vertemos en un molde de unos 20 x 25 cm que previamente habremos engrasado. Lo colocamos en la rejilla central del horno y horneamos durante 20´. Pasado el tiempo lo retiramos del horno, dejamos enfriar en el molde unos 10 minutos y desmoldamos. Cuando esté completamente frío vamos cortar los trocitos que serán el relleno de nuestros bombones.
Derretimos el chocolate al baño maría removiéndolo de vez en cuando y procurando que no salpique agua dentro del recipiente, por ello utilizaremos una temperatura media-alta. El chocolate blanco, como ya os comenté en otra entrada, no es chocolate propiamente dicho. Es un compuesto de leche, manteca de cacao y azúcar. Por tanto, vamos a intentar utilizar uno que sea de buena calidad y así asegurarnos un buen resultado final, no queremos sorpresitas de última hora 😉
Cuando ya tengamos el chocolate completamente derretido, verteremos en el molde de bombón hasta cubrir 1/3 parte del contenido, colocamos un trocito de bizcocho y acabamos de cubrir con más chocolate hasta llegar a la superficie del molde.
Cuando ya tengamos todos los bombones hechos los llevamos al congelador hasta el día siguiente. Los desmoldamos tal y como se aprecia en la fotografía, es decir como si nos quitásemos un guante al revés.
Y como decoración final, les vamos a colocar una rosa de fondant. Más arriba ya habéis visto como hacerla, tan sólo tenéis que cambiarle el color.
Bizcocho de cacao y nueces
Para hacer este bizcocho utilicé la fórmula del clásico de yogur. Es un bizcocho que siempre sale bien y suele gustar a todos. En un principio mi idea era la de hacer un brownie pero después la descarté ya que la textura de éste es más compacta, como más…mazacote. Así que añadiéndole unas nueces al bizcocho de yogur conseguiría elaborar un falso brownie. Os cuento como hacerlo.
Necesitamos:
1 yogur o natillas de chocolate
1 medida (del vasito) de aceite girasol
2 medidas de azúcar
2 medidas de harina
1/2 medida de cacao puro en polvo
3 huevos “XL”
1 cdta levadura en polvo
nueces troceadas
Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. Con unas varillas vamos a mezclar el yogur o natillas junto con el aceite y el azúcar hasta que se integren bien. Añadimos los huevos uno a uno. Tamizamos la harina junto con el cacao en polvo y la levadura y lo incorporamos suavemente a la mezcla anterior. Finalmente troceamos las nueces y las añadimos procurando que queden repartidas e integradas por toda la masa. Con papel vegetal forramos la base de un molde rectangular o cuadrado, de unos 20 ó 25 cm aprox. y engrasamos las paredes. Vertemos la masa y horneamos en la rejilla central durante 30´. Comprobamos que esté hecho pinchando con un palillo. Sobre todo acordaros de no abrir la puerta del horno antes de que hayan pasado las 2/3 partes del tiempo total o se os hundirá.
Retiramos del horno, dejamos enfriar y desmoldamos. En este caso para que todas las barritas sean idénticas vamos a igualar la superficie y los laterales del bizcocho con un cuchillo de sierra o una lira. A continuación lo medimos y dividimos en barritas de 3 x 5 cm. Presentamos envueltos en papel vegetal atados con un cordel.
NOTAS:
*Hemos sustituido 1/2 medida de harina por cacao puro en polvo.
*Como sugerencia y para aprovechar los recortes del bizcocho podéis hacer unos cake pops. Clicando aquí podéis coger alguna idea de como decorarlos.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Ya os habéis decicido por cual empezar? 😉
Hasta la próxima. Besos.
Ali
Esto es arte en estado puro!!!!
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Gracias chati. Qué bien me quieres 🙂 Un abrazo gordo.
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