Si os habéis fijado, en la mayoría de las series o películas americanas no falla la típica escena diaria familiar en la enorme cocina de amplios ventanales por donde entra un sol radiante a primera hora de la mañana y en la que el padre o la madre preparan el desayuno para todos. Mejor dicho, mega desayuno porque vamos…. no se están de nada, desde huevos revueltos hasta bacon, salchichas, zumo, leche, café, cereales, fruta…. Y digo yo… a qué hora hay que levantarse para preparar todo eso y que después te dé tiempo a zampártelo?? a mí que me lo expliquen. Por lo visto a ellos tampoco les da mucho tiempo porque la siguiente escena que vemos es la del cabeza de familia que, vestido con traje de ejecutivo, besa a su mujer y sale por la puerta con el maletín en la mano y la tostada en la boca. Y qué decir de los niños, le dan un trago al zumo y salen corriendo hacia el autobús escolar que les espera en la puerta de casa, no sin antes haber volcado los cereales con las prisas. Y por último podemos ver a la madre acelerada, que tras arreglarse el pelo con las manos sale disparada con sus zapatos de tacón hacia su Ford 4 x 4 sosteniendo en su mano un vaso de cartón con café. Entonces…..??? tanto trabajo para eso?? Uff..… a mí me pillan una vez pero no más, jejejej. Bromas aparte, si hay algo de lo que no carecen esos desayunos es de las famosas tortitas, llamadas también pancakes o panqueques. Hoy que es domingo, que os parece si las preparamos y hacemos un desayuno especial para variar? Venga va que comenzamos.
Necesitamos para unas 15 tortitas más o menos dependiendo del tamaño:
200 gr de harina
250 ml de leche
2 huevos “L”
1 cda mantequilla derretida
2 cdas de azúcar
3 cdtas de levadura química
mantequilla para engrasar
Para acompañar:
a gustos: miel, sirope de arce, caramelo líquido, sirope de chocolate, de fresa,
nata montada, fruta fresca, mermelada, frutos secos…….
Importante: tener una sartén, paella o crepera… lo que tengáis pero que sea totalmente antiadherente. Yo acabé comprándome una pequeña para prepararlas. Y esto que os voy a decir que quede entre nosotr@s….shhhh….. la tengo escondida 🙂 Sí sí, como os lo digo, pero que conste que lo hago por precaución para que no la rayen al cocinar.
Bueno…… seguimos. Por un lado tamizamos la harina junto con la levadura. En otro recipiente y con unas varillas de mano batimos ligeramente los huevos con la leche, la mantequilla derretida y el azúcar hasta que se integren. Incorporamos poco a poco los ingredientes secos a los líquidos y removemos con unas varillas manuales, procurando que no queden grumos pero sin batir demasiado, lo justo. Dejamos reposar la mezcla durante 10 minutos para que engorde un poco la harina.
Para que nos salgan todas del mismo tamaño vamos a utilizar un medidor que puede ser el cazo de servir la sopa o una tacita…. Ponemos la sartén a fuego medio-alto, la engrasamos ligeramente con mantequilla y con un papel absorbente retiramos el exceso. Vertemos la mezcla en el centro y, sin tocarla, dejamos que se vaya cocinando. En el momento que veamos que la superficie se llena de burbujas es momento de darle la vuelta con una espátula o espumadera.
Tiene que tener un color dorado tirando a oscuro.
Dejamos que se haga unos segundos más por el otro lado y retiramos a un plato. Normalmente la primera no es la que mejor queda, pero es la más importante porque con ella vamos a poder controlar la temperatura de la sartén subiendo o bajando de intensidad según convenga para continuar con el resto de tortitas. Conforme las vayamos haciendo las pondremos unas sobre otras para que mantengan el calor.
Para acompañarlas tenemos infinidad de posibilidades. Lo más común en EEUU es añadirles una nuez de mantequilla cuando aún están calientes y bañarlas con sirope de arce. Pero hay más variantes, desde miel, sirope de chocolate, mermeladas…. o incluso acompañarlas con nata montada y fruta fresca, frutos secos…..
De cualquier manera están buenísimas la verdad. Yo esta vez quise probar con algo nuevo y las bañé con un almíbar de canela que guardaba en la nevera de una preparación anterior. Con el reposo el sabor se había concentrado y había adquirido una consistencia parecida a la miel. Impresionante! Para hacer el almíbar únicamente hay que poner en un cazo a partes iguales agua y azúcar (un vaso de cada) Añadimos un palo de canela y una cucharada de canela en polvo. Dejamos hervir a fuego medio-alto unos 5 minutos. Retiramos del fuego, dejamos enfriar, lo colamos y guardamos en bote hermético de cristal en la nevera con el palo de canela dentro. Se conserva en perfecto estado durante bastante tiempo, es más, mejora con el paso de los días.
Ideales también como opción para merendar y no necesariamente han de acompañarse con dulce, podemos tomarlas con fiambre tipo jamón de york o pavo. En este último caso no añadiríamos el azúcar en la preparación de la masa.
Consejos y Sugerencias:
*Cuando hagamos la masa para las tortitas no es necesario mezclar como si no hubiera un mañana, batiremos lo justo para integrar los ingredientes intentando que no queden grumos.
*Calentitas es como más buenas están pero si habéis estado haciendo muchas y se han enfriado a la hora de tomarlas, siempre podéis darle unos segundos de micro para templarlas.
Que lo disfrutéis.
Ali