Que te preparen el desayuno ya es todo un detalle pero si además te lo llevan a la cama…… eso no tiene precio! Y es que cualquier día es perfecto para sorprender con algo así, sin necesidad de que sea una fecha señalada, pues lo emocionante es poder sorprender cuando no se espera. Somos conscientes de que durante la semana es prácticamente inviable por el tema de los horarios, las prisas…… pero, para qué están los fines de semana o las vacaciones? Siiii…. de acuerdo…. para descansar…. pero también para salir de la rutina, no os parece? Es lo que le da chispa a la vida.
Algun@s estaréis pensando en que sí, que todo es muy bonito y muy idílico, pero y qué pasa cuando se derrama el café o esas dichosas miguitas de pan que se filtran entre las sábanas, eso no se cuenta? 🙂 Por supuesto que nada es perfecto y para que no nos pase lo de las miguitas, en lugar de tostar el pan vamos a preparar unas deliciosas torrijas de leche. Estoy segura de que la mayoría las hacéis tan buenas que están para chuparse los dedos pero aún así os voy a dar unas pequeñas pautas para que os queden espectaculares. O animáis? Venga va… mirad, los ingredientes que necesitamos son:
pan especial para torrijas
leche entera
azúcar
rama de canela
huevo
aceite de girasol
corteza de naranja o limón
canela en polvo, azúcar y agua para el almíbar
Lo primero que tenemos que utilizar es un buen pan. Antiguamente y dado que se trataba de una receta de aprovechamiento, se usaba el pan del día anterior pues la miga se había secado un poco y absorbía bien la leche. En la actualidad es fácil encontrar pan especial para torrijas, de corteza fina y miga densa, menos alveolada, lo cual ayuda a que se puedan manejar con facilidad. Hay quien las hace con pan de brioche, que tampoco es mala idea.
Vertemos la leche en un cazo, añadimos la rama de canela y el azúcar y llevamos a fuego medio. Cuando rompa a hervir retiramos y dejamos infusionar hasta que temple la leche. Colamos sobre un recipiente amplio y hondo. Cortamos el pan en rebanadas de un par de centímetros de grosor y las dejamos remojando en la leche hasta que veamos que se han empapado bien. Es el secreto para que queden cremosas. Las traspasamos a una rejilla para que suelten el exceso de leche.
Seguidamente las pasamos por huevo batido y las dejamos nuevamente en la rejilla para que escurran el exceso de huevo y así al freírlas no se forme esa puntilla tan fea alrededor.
Mientras, habremos puesto a calentar el aceite en un cazo hondo con una corteza de naranja o de limón para aromatizarlo. Cuando alcance una temperatura media-alta, retiramos la corteza y comenzamos a freír las torrijas. El momento fritura es clave. Hemos de procurar que el aceite mantenga siempre los mismos grados, con lo cual no freiremos más de 2 ó 3 torrijas a la vez. La temperatura como os indicaba debe ser media-alta, ya que si el aceite está demasiado caliente se nos pueden quemar y si está templado lo que conseguiremos serán unas torrijas pringosas pues tardarán mucho en dorarse y durante ese tiempo habrán absorbido mucho aceite.
Las doramos ligeramente, pensad que sólo necesitamos sellar la parte exterior y que el interior se mantenga jugoso.
Seguidamente las depositamos sobre papel absorbente.
Para el acabado final podemos rebozarlas en una mezcla de azúcar y canela. Otra alternativa y que a mí particularmente me gusta más es bañándolas ligeramente con un almíbar de canela que podemos preparar poniendo a hervir agua y azúcar a partes iguales junto con una cucharadita de canela en polvo y una ramita de canela. Se deja hervir un par de minutos y se retira. Dejamos templar y vertemos sobre las torrijas.
Mirad que interior tan cremoso. Es sumamente agradable al paladar.
Las podemos tomar templadas pero yo os invito a que las probéis frías de nevera, a mí es como más me gustan. Están espectaculares. También podemos acompañarlas de fruta fresca.
Por cierto, otra variante de las torrijas es hacerlas con vino, madre mía…. qué peligro!! De ahí la expresión “vaya torrija lleva!!” 🙂
Que lo disfrutéis. Yo ya lo he hecho 😉
Ali
Consejos y Sugerencias:
*Es práctico tener preparado el almíbar de canela en un frasco y en la nevera. Os durará meses y con el paso de los días alcanzará una textura más espesa y perfecta para emborrachar bizcochos o para bañar, por ejemplo estas tortitas americanas.
*Ni que decir tiene que como más buenas están es comiéndolas el mismo día.
Tienen que estar buenísimas, Nos vemos la semana que viene
Jesus Mañas Ferrer Tel. 667677552 Enviado desde iPhone
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Hola Jesus. Si que lo están sí!! Nos vemos. Un abrazo
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