Scones ingleses con arándanos rojos

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Desde que yo recuerdo siempre he tenido curiosidad por las costumbres de otros países y sobre todo por las que tienen arraigo y no se han perdido con el paso de los años. Aquí en nuestro país por ejemplo, lo más típico es la siestecita después de comer. Quizás entre semana es prácticamente inviable dependiendo de los horarios que llevemos pero, a quién no le gusta cuando llega el fin de semana y estás en casa, poder disfrutar de esa media hora en el sofá, con la mantita y la televisión de fondo. Por cierto, no sé que tienen los documentales que es ponerlos y quedarte roque 🙂 En serio, supongo que es el tono de voz tan monótono que emplean, sin altibajos. Así que ya sabéis, si alguna noche no podéis conciliar el sueño, os ponéis un documental que es mano de santo, comprobado!

Hablando de costumbres, ya sabéis que en Inglaterra existe la tradición de tomar el té a las cinco en punto de la tarde, lo que llaman Tea Time o Afternoon Tea. No se lo saltan ni un sólo día oye!  es todo un ritual para ellos. Es un buen momento para reunirte con amigos o familiares y conversar y además sirve para desconectar de la rutina diaria. Lo encuentro fantástico. El té suele acompañarse de pastas dulces o también de alimentos salados como el sandwich. De entre las variedades de dulces no pueden faltar los típicos scones. La textura de estas pastas se encuentra a mitad de camino entre un panecillo y un bizcocho. Se presentan en dos formas: cilíndricos o triangulares. Los primeros se sirven templados, abiertos por la mitad y rellenos de mermelada y de una crema que llaman clottet cream, que se trata de una nata muy densa con un alto porcentaje de materia grasa pero que es muy sedosa y está riquísima. 

Hoy los vamos a hacer triangulares. En este caso suelen ser más planitos y estar bañados ligeramente con un glaseado de limón o naranja..… Lo más curioso del caso es que estos dulces no son ingleses sinó escoceses, pero han adoptado el nombre de scones ingleses debido a que son el dulce estrella a la hora del té. Como os habéis quedado? Igual que yo  🙂 Pero venga va, comenzamos con la receta. 

Para unos 12 scones necesitamos:

300 g harina 

10 g levadura química tipo royal

70 g mantequilla fría cortada a dados

1 huevo “M” 

1 pizca de sal

170 ml nata líquida

70 g azúcar 

1/2 cdta vainilla en pasta o líquida

100 g arandanos rojos desecados

1 yema + 2 cdas leche para pincelar

Para el glaseado:

100 g azucar glass

unas cucharadas de leche

unas gotas de limón

Comenzamos mezclando la leche con el huevo, la vainilla y el azúcar con ayuda de unas varillas de mano. En otro recipiente mezclamos la harina con la levadura y a continuación añadimos la mantequilla cortada en dados. Con los dedos vamos a ir mezclando estos ingredientes hasta que consigamos una especie de migas. En ese momento paramos de mezclar para que no se derrita la mantequilla con el calor de las manos. Seguidamente añadimos la harina y mezclamos los ingredientes. No hay que amasar, tan solo unirlos.

Colocamos la masa hecha sobre una superficie enharinada. La extendemos con las manos hasta lograr un grosor de unos 2 cm de alto. No hace falta utilizar rodillo porque lo bonito de los scones es que la superficie no sea perfecta sino más bien rústica. Con un cuchillo cortamos la masa en triángulos.

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Los vamos dejando sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal y, mientras el horno precalienta a 220ºC con calor arriba y abajo, metemos la bandeja en la nevera para que la mantequilla se mantenga fría, de este modo al hornearse mantendrán la forma.  Cuando el horno ha alcanzado la temperatura, pincelamos la superficie de los scones con leche y colocamos la bandeja en la rejilla del medio.

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Horneamos de 10 a 12 minutos  o hasta que veamos que adquieren un bonito color dorado. Retiramos del horno y los traspasamos a una rejilla para enfriar.

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Preparamos un glaseado mezclando el azúcar glass con una cucharada o dos de leche y las gotas de zumo de limón. Lo batimos bien para que quede fino y sin grumos. Dependiendo de cómo queramos que sea, más fluído o menos, iremos añadiendo azúcar o leche/zumo, pero de poco en poco.  Ahí va en gustos. Lo ideal es que tenga una textura intermedia. Y ahora con una cuchara o con un biberón de cocina lo vertemos sobre los scones. 

Dejamos que se seque el glaseado y servimos.

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No puedo resistirme más, así que voy a prepararme un té y a hincarle el diente a uno de ellos. Os apetece?

Hasta la próxima. Besos

Ali

Consejos y Sugerencias:

     *Importante: no hemos de amasar mucho la masa porque de lo contrario el gluten empezará a desarrollarse y nuestros scones no tendrán la textura que buscamos. Por lo tanto, como os decía más arriba, tan sólo hay que unir los ingredientes.

     *No añadáis más harina de la que indica la receta aunque tengáis tentación de hacerlo pues la masa es un pelín pegajosa. Para que nos queden esponjosos por dentro la masa que ha de quedar más bien blanda (no líquida). Poner harina sólo en la superficie de trabajo para que no se pegue la masa. 

     *Para que no se nos pegue el cortapastas a la masa lo iremos metiendo en un recipiente con harina cada vez que cortemos un scon.

     *Se suelen servir templados y del día. Pero si queremos tenerlos preparados con antelación podemos congelarlos una vez horneados y fríos. Para descongelarlos los meteremos durante unos minutos en el horno a 160ºC. Estarán como recién hechos. Lo mismo haremos si nos han sobrado hechos del día anterior, les damos un golpecito de horno y quedarán perfectos.

 

 

 

 

2 comentarios sobre “Scones ingleses con arándanos rojos

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