Contrariamente a lo que algun@s estáis pensando, estos tiernos y deliciosos bollos de leche no son de procedencia suiza. Yo también lo creía, pero no. Se les denomina así porque tuvieron su origen en el Café Suizo de Madrid, un enorme y lujoso café que abrió sus puertas hace un par de siglos y al que acudían en reunión personalidades, intelectuales, artistas, bohemios…. en definitiva, gente con un cierto estatus y nivel cultural.
Fijaros que en aquella época en la que los cafés estaban destinados sólo al sector masculino, se habilitó una parte del local como salón de té para las señoras, las cuales solían acudir con sus mejores galas, como no, para hacer la tertulia de la tarde y disfrutar de un buen chocolate a la taza acompañado de un bollito suizo. Si cierro los ojos puedo imaginarme el ambiente tan glamuroso que se vivía allí. Por lo visto aquél café ya cerró sus puertas. Sin embargo esos bollitos no han pasado al olvido, lo cual es de agradecer porque están tan ricos…. Hoy que el día ha amanecido lluvioso y que apetece estar en casa, me parece el momento ideal de prepararlos y tenerlos listos para merendar.
Va que comenzamos o se nos echará el tiempo encima 😉
Ingredientes para 12 bollitos:
260 g harina de fuerza
125 ml leche entera
50 g azúcar
5 g levadura fresca
40 g mantequilla blanda
1 huevo “M” + 1 para pintar
1 pizca de sal
60 g azúcar y agua de azahar para la cobertura
Comenzaremos haciendo el prefermento. Sé que a much@s os agobia este paso, lo sé. A mí en un principio también, porque lo que quería era ahorrarme pasos para terminar pronto. Pero en ocasiones hay que ser pacientes pues el resultado final no es el mismo dependiendo de cómo lo hayamos preparado. Con el prefermento vamos a conseguir que nuestros bollos tengan una vida tierna un poco más larga y de sabor van a estar mucho más ricos. Y, en mi opinión, ya que nos ponemos con una elaboración que requiere tiempos de reposo, no nos vendrá de media hora más, no? Aún así, podéis saltaros ese paso e ir directamente a la elaboración de la masa sin el prefermento, eso ya como vosotr@s queráis.
Así pues, para hacer el prefermento vamos a separar 50 ml de leche en un bol, diluimos en ella la levadura y seguidamente añadimos 50 g de la harina. Mezclamos hasta integrar, tapamos con film transparente y dejamos que leve durante 3/4 h más o menos, dependiendo de la temperatura ambiente, si hace calor con media hora será suficiente.
Una vez ha levado, comenzaremos a preparar la masa de los bollos. Para lo cual, podremos en un recipiente amplio el resto de la harina, el azúcar, el huevo, la pizca de sal, el resto de la leche y el prefermento. Y comenzamos a amasar. Pasados cinco minutos de amasado, el gluten habrá comenzado a desarrollarse. Es en ese momento cuando añadiremos la mantequilla y seguiremos amasando unos 15 minutos más o hasta lograr una masa fina, suave y elástica. Estos tiempos que os indico son con amasadora. Si lo hacemos a mano tardaremos más, calcular el doble de tiempo más o menos.
Hacemos una bola con la masa, la colocamos dentro de un recipiente amplio previamente engrasado, cubrimos con un trapo y la dejamos levar en un lugar fuera de corrientes de aire, hasta que doble el volumen.
Pasado el tiempo de levado este será el aspecto que tendrá. Como podéis ver, la masa ha aumentado bastante su volumen.
A continuación, desgasificamos la masa, dándole un golpe con el puño. Esto os ha molao eh….!! Si os digo que en casa lo echamos a suertes para ver quién lo hace…. 🙂 Es que es una sensación muy agradable al estar tan blandita la masa. Bien, pues con la desgasificación conseguiremos que desaparecerán las burbujas de aire que se hayan formado en el interior y mejorará el rendimiento de la masa dentro del horno.
La volcamos sobre la superficie de trabajo enharinada y vamos cortando porciones de unos 40 ó 50 g que iremos pesando en balanza para que todos los bollos tengan el mismo tamaño. Les damos forma de bola y colocamos en una placa de horno forrada con papel de hornear, dejando espacio entre ellas pues todavía han de crecer.
Dejamos reposar otros 45 minutos y, como la vez anterior, en lugar alejado de corrientes de aire. Yo en este punto ya no los tapo y lo que hago es meterlos en el horno apagado para que no se resequen. Tan solo crecerán un poco más.
Mientras precalienta el horno a 210ºC con calor arriba y abajo, vamos a pincelar con delicadeza los bollos varias veces con huevo batido.
Les hacemos un corte central con un cuchillo afilado. Humedecemos el azúcar con unas gotas de agua de azahar hasta conseguir un granulado y cubrimos con ella el corte que hemos hecho.
Bajamos la temperatura del horno a 200ºC, colocamos la bandeja en la parte media-baja y horneamos durante unos 15 minutos aprox. Una vez hechos los traspasamos a una rejilla para enfriar.
Son tan bonitos! y creedme, recién hechos saben a gloria bendita.
Mirar qué miga tan esponjosa. Son una auténtica delicia y el punto que le da el aroma de azahar al azúcar los hace aún más irresistibles. La receta original no lleva agua de azahar pero a mí es que me encanta y creo que es un acierto.
Veniros a casa que os invito a merendar. Para no romper la tradición voy a preparar un buen chocolate a la taza. Os apuntáis? 😉
Os espero aquí la semana que viene. Un beso
Ali
Consejos y Sugerencias:
*El bollo suizo es una especie de brioche por lo que su vida tierna es corta. Por tanto es preferible consumirlo en el mismo día en que se ha horneado pues es cuando está más esponjoso. Conforme pasen las horas se va a ir resecando. No obstante, si os sobran, podéis congelarlos envueltos individualmente en film y descongelarlos a temperatura ambiente, pero ya os adelanto que no estarán como recién hechos.
*La harina de fuerza tiene un alto contenido en gluten. Es fantástica para elaborar panes y todo tipo de masas de bollería ya que ayuda a que la masa leve correctamente. Lo ideal es que en su composición lleve un mínimo de 12% de proteína, esto lo veréis en el reverso del paquete.