Ya os digo yo que estos pequeños bocados de almendra y piñones conquistan a los paladares más exigentes. Y es que la combinación de los ingredientes es muy buena, aunque también porqué no decirlo, hipercalórica, lo cual es una lástima porque están tan ricos…. que digo ricos?…. me quedo corta, están pa´morirse.
El panellet es un dulce tradicional que se elabora partiendo de una base de mazapán preparado con almendra molida, azúcar, ralladura de limón y clara de huevo. A partir de esa base de mazapán podemos hacerlos de diferentes sabores como chocolate, fresa, café, coco, limón…. y darles formas diferentes. La masa de mazapán es muy agradecida porque nos permite moldear figuras fácilmente.
Hoy os traigo el súmmum por excelencia, el de piñones. Lo bueno de hacerlos en casa es que podemos ajustar las cantidades de los ingredientes. Y es que de siempre he escuchado la cantinela de que se había de utilizar la misma cantidad de almendra que de azúcar. Señores…. eso no hay quien se lo coma!! y os lo dice alguien que es muy golosa. Con los ingredientes que os indico os van a quedar de diez, en su punto justo de dulzor y muy tiernos. Aún así, podéis ir probando la masa y añadirle más azúcar si así lo consideráis. Además os voy a explicar unos truquitos para que os queden preciosos, como de revista. Va que comenzamos.
Ingredientes para unos 24 panellets:
Para la masa:
200 g almendra molida
125 g azúcar
ralladura de 1 limón
1 clara de huevo “XL”
Para el rebozado:
1 huevo batido
1 yema
piñones del país
En un recipiente amplio mezclamos todos los ingredientes con las manos o con el accesorio de pala si usamos amasadora. Hemos de conseguir una pasta pero sin manipular demasiado para que la almendra no desprenda su aceite.
Envolvemos en papel film y llevamos a la nevera durante 1 hora para que la almendra se acabe de hidratar y al mismo tiempo que endurezca. Cogemos montoncitos de masa de unos 10 g. Lo ideal es pesarlos en balanza para que todos salgan del mismos tamaño. Los pasamos por huevo batido y a continuación los rebozamos con los piñones.
Esta es quizá la parte más pesada pero os voy a enseñar una manera de hacerlo que aprendí con la práctica y con el que no os va a dar pereza prepararlos. Y es que en lugar de hacer rodar las bolas por los piñones y desesperar viendo que no se adhieren, vamos a coger un buen puñado de éstos en una mano, colocamos la bolita encima y con la otra mano cogemos unos cuantos más. Cerramos las manos como si fuera una concha y hacemos girar la bola, con rapidez y firmeza pero sin presionar demasiado para no deformarla. En la foto lo veréis más claro.
Enseguida veréis que los piñones se han pegado. Si queda algún huequito vacío lo rellenamos. Probadlo, funciona.
Una vez los tengamos todos ya cubiertos los vamos a llevar un ratito a la nevera para que estén fríos antes de hornear. Quedaros con este detalle que es importante. Esto también lo aprendí a base de hacerlos ya que las anteriores veces se me agrietaban y el motivo no era ni temperatura ni el tiempo de horno. Comprobé que estando fríos mantenían la forma pues antes de que pudieran cuartearse ya se habían dorado.
Programamos la función de grill en el horno. Los panellets no han de cocinarse, tan sólo dorarse. Sacamos los panellets de la nevera y pintamos con la yema de huevo aligerada con una cucharada de agua. Colocamos la bandeja en la parte intermedia del horno y dejamos que se doren durante unos 5 ó 6 minutos o hasta que veamos que alcanzan un bonito color dorado. Cuanto menos tiempo estén en el horno, menos se resecarán y más tierno será su interior. De ahí que utilicemos una temperatura alta durante menos tiempo. No obstante, no dejéis de vigilar ya que pueden quemarse en un descuido.
Retiramos del horno y pasamos a una rejilla a enfriar.
Que locura de verdad!! Y aunque son una bomba de relojería, una vez al año…. Porque…. qué sería una castañada sin ellos! No es lo mismo a que no?
Espero que con estos pequeños consejos os animéis a hacerlos. En casa os lo agradecerán y vuestro bolsillo también.
Que lo disfrutéis. Os espero aquí la semana que viene. Besos.
Ali.
Consejos y Sugerencias:
*Mirad, hay quien sustituye parte de la almendra por patata cocida, consiguiendo con ello abaratar costes y es que, reconozcámoslo, es un dulce que sale un pelín caro, sobre todo si utilizas una buena almendra marcona y unos buenos piñones del país. Sin embargo, a mí particularmente no me acaba de hacer el sabor la verdad, creo que enmascara un poco el sabor auténtico. Pero eso ya…. como quiera cada un@. Si preferís hacerlo así, coced la patata con piel para que no absorba agua.
*Ni que decir tiene que como más ricos están es en el mismo día en que se preparan pues el piñón está más crujiente y el interior muy tierno. Pero si nos sobran podemos guardarlos en un recipiente hermético para que no se resequen.