Carrot Cake

Ahora que ya hemos dejado atrás el verano y que los días amanecen más fresquitos, parece que empieza a apetecer aquello de encender de nuevo el horno, verdad? Por eso,  hoy os traigo una tarta muy otoñal: una CARROT CAKE, en mayúsculas. En realidad, tenía pendiente publicarla hace ya un tiempo pero he estado haciéndole unos pequeños ajustes de última hora, añadiendo aquí…. quitando de allá… hasta dar con la que para mí es la definitiva. Es todo un clásico de la repostería americana aunque, por lo que tengo leído, tiene sus orígenes en Reino Unido donde surgió a raíz del racionamiento tras la 2ª Guerra Mundial. Se trata de una tarta compuesta por dos o más capas de bizcocho de zanahoria y nueces, con un relleno y cobertura elaborados con queso crema. La particularidad que tiene el bizcocho es que aparte de ser húmero y jugoso, está lleno de matices de aromas especiados. Mi recomendación es que uséis todas las especias que os indico, porque cada una va a aportar su granito de arena para lograr ese sabor tan característico. El bizcocho por sí solo está delicioso, pero la guinda del pastel está en ese frosting de queso crema, sin él no sería lo mismo. 

Y como ocurre con la mayoría de los dulces clásicos, cada cual los modifica a su antojo, pues como siempre os digo: en cuestión de gustos no hay reglas. Hay quien a la masa del bizcocho le añade piña o manzana en trocitos, coco rallado o incluso almendra molida. En mi caso, he respetado los ingredientes de la receta original con ligeros cambios en sus cantidades y he sustituido parte del azúcar por una cucharada de miel para hacerlo más meloso. En cuanto al frosting de queso crema ocurre lo mismo, podemos prepararlo con o sin mantequilla. Si me dais a escoger lo tengo muy claro: sin mantequilla, pues es más ligero y aparte es sencillo de preparar. Con mantequilla resulta más empalagoso en boca además de que corremos el riesgo que que al preparar la crema ésta se corte al menor descuido y, para más inri, adquiere un tono amarillento que a mí no me mola nada. Y a la pregunta: el queso crema puede ser light? Rotundamente ya os digo que no. El motivo es que el queso light contiene mayor proporción de agua, con lo cual la crema de queso no quedará tan firme y se vendrá abajo.

Y siendo que es una tarta que no tiene complicación ninguna y que está hecha con ingredientes que solemos tener en nuestra despensa, la gracia está en usarlos bien y en su justa medida para que los sabores estén equilibrados y no destaque uno por encima del otro. 

Es una tarta que todo el mundo debería hacer por lo menos una vez en la vida, aunque solo sea por curiosidad. Seguid leyendo porque os voy a dar los tips para que os quede espectacular.

Necesitamos: (para un molde de 18 cm) 

Para el bizcocho:

250 g zanahoria ralladas

200 ml aceite girasol

300 g  harina

4 huevos XL a temperatura ambiente

120 ml buttermilk (120 ml leche + 1cda zumo limón)

60 g nueces troceadas + extra para decorar

140 g de azúcar granulada

140 g de azúcar moreno

ralladura de naranja

1 c/s* miel 

1 c/c* de levadura en polvo

1/2 c/c* de bicarbonato de sodio

1/2 c/c de sal

1 y 1/2 c/p canela en polvo 

1 c/c jengibre en polvo,  

1/2 c/c nuez moscada en polvo 

Para el frosting de queso crema: 

400 g queso crema

150 g azúcar glass

Antes de nada comentaros que, en lugar de hacer un único bizcocho lo ideal es dividir la masa en dos y hornear 2 bizcochos en la misma bandeja,  pues con ello mejoramos la esponjosidad de cada uno de ellos. De no tener dos moldes del mismo tamaño siempre podemos usar aquellos de aluminio de un solo uso. Pero yo, como no tenía ni de lo uno ni de lo otro en ese momento, he preparado un único bizcocho. 

Comenzamos preparando el buttermilk, llamado también crema agria.  Mirar para ello solo hay que poner la leche en un vaso y añadir una cucharadita de zumo de limón. Lo dejamos reposar sin remover durante unos 10 minutos. Veremos que se transforma en una especie de leche cortada, no os preocupéis, es así. Es un ingrediente que se utiliza mucho en repostería americana para dar jugosidad a las tartas y es una auténtica maravilla. Mientras esperamos esos minutos, aprovecharemos para dejar preparado nuestro molde/s, engrasándolo/s con mantequilla y colocando un disco de papel vegetal en la base. Así no tendremos problemas a la hora de desmoldarlo. Pondremos a precalentar el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. Y pesaremos los ingredientes para tenerlos a punto. En cuanto a la zanahoria la pelaremos y rallaremos con un rallador lo más fino posible para repartirla por toda la masa y además así conseguiremos un tono más intenso y no tan amarillento una vez que esté horneado.  Troceamos las nueces a cuchillo.

Una vez que el buttermilk está listo y el horno precalentado comenzamos a mezclar los ingredientes. Por un lado tamizamos la harina junto con la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. Por otro lado combinamos el aceite con los dos tipos de azúcar, la miel y la ralladura de naranja, incorporamos los huevos y el buttermilk y mezclamos bien con unas varillas.  Añadimos ahora la zanahoria rallada junto con las nueces troceadas y volvemos a mezclar con una espátula de silicona. Para terminar, añadimos los ingredientes secos a los húmedos y mezclamos con la espátula hasta integrar, sin sobrebatir la mezcla. 

Vertemos la masa en el molde/s e introducimos en el horno inmediatamente. Porqué tantas prisas? Pues porque hemos añadido bicarbonato a la masa y al entrar en contacto con un ingrediente ácido, como en este caso el limón del buttermilk, el bicarbonato comienza a actuar y lo suyo es que lo haga dentro del horno y no fuera si queremos obtener un bizcocho jugoso y tierno. Si actúa fuera del horno el resultado será un bizcocho denso y pesado. Por eso, tomad buena nota de este apunte porque es importante. 

Si hemos repartido la masa en dos moldes, hornearemos durante unos 30 minutos más o menos,  dependiendo de cada horno. Si utilizáis un solo molde para toda la masa,  el tiempo será el doble, es decir 1 hora aprox. Podemos comprobar la cocción clavando una brocheta en el centro y si sale limpia o un pelín húmeda ya lo podemos retirar, con el calor residual se terminará de hacer.  Pero ojo! nunca abrir el horno hasta que no hayan transcurrido las 2/3 partes del tiempo total.

Lo ideal es dejarlo preparado el día anterior y envolverlo en film cuando aún esté tibio para que así no se reseque y conserve toda su humedad. Y lo vamos a conservar a temperatura ambiente. Al día siguiente, retiramos el copete y, si hemos hecho un solo bizcocho, lo dividimos en dos. 

Para hacer el frosting vamos a tamizar el azúcar glass un par de veces y a continuación mezclamos con el queso crema con ayuda de unas varillas de mano o eléctricas,  a velocidad media-baja. No vamos a batirla en exceso para evitar que quede demasiado fluída. 

Empezamos con el montaje. Colocamos el primer bizcocho sobre una base y ponemos una capa de la crema de queso.

Colocamos encima el otro bizcocho y a continuación extendemos una capa de crema por todo el contorno de la tarta, poniendo más cantidad en la parte superior. Con una espátula alisamos la superficie y seguidamente pasamos la espátula por todo el contorno para retirar el sobrante hasta que se transparente el bizcocho.

La vamos a dejar así, rústica, lo que viene llamándose semi naked cake, es decir, tarta semidesnuda.  Finalmente decoramos con nueces picadas. Y ya la tenemos terminada. Me encanta como queda.

Al llevar queso hemos de conservarla siempre en nevera. Imprescindible: retirar del frigo 10 minutos antes de consumirla para que el bizcocho se temple un poco y se aprecien mejor los sabores. Si está muy fría no es lo mismo. 

Y ahora viene la mejor parte….. probarla.

Ouh mama!!!!……. muero de amor al primer bocado. La combinación del bizcocho húmedo de aromas especiados junto con el punto crujiente de las nueces y el frosting de queso crema es…….  brutaaaaaal!!! 

Pues hasta aquí la entrada de hoy. Que la disfrutéis.

Hasta la próximaaaaaa. Besos

Ali

CONSEJOS Y SUGERENCIAS:

*La incorporación de vegetales en la masa, en este caso zanahoria, aporta humedad y jugosidad al bizcocho.

*La ralladura de naranja potenciará el sabor de las especias. 

*Podemos utilizar mantequilla en lugar de aceite pero hemos de saber que en ese caso el bizcocho resultará más compacto.

*Un sustituto del buttermilk perfectamente podría ser el yogur. 

*c/s: cucharada sopera

*c/p: cucharadita de postre

*c/c: cucharadita de café

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