
Abracadabraaa….. pata de cabraaa….. Brujería, encantamientos, hechizos, conjuros…. existen desde tiempos ancestrales, creamos o no en ellos. Están envueltos en un halo tan misterioso que quien más, quien menos, tiene curiosidad a la vez que cierto pavor, eh que sí? Cuantas veces habremos escuchado aquello de este lugar está maldito y hay que hacer un ritual para ahuyentar a los malos espíritus. Y es que cuando se trata de hechizos podemos encontrar uno para para cada cosa: para la buena suerte, para atraer el amor, para la fortuna….. Y ya si se trata de amuletos….. los hay para el mal de ojo, para protección, para la buena suerte….. Seguro que más de uno habéis llevado en alguna ocasión un amuleto a un examen, o no…? La verdad es que el tema es muy profundo y no me corresponde a mí hablar de él porque apenas tengo conocimientos del mismo, por no decir ninguno. Pero lo que sí sé es que la tarta de hoy está tan rica que bien podría decirse que ha sido por obra de un buen hechizo ya que he puesto toda mi energía para que el resultado fuera de diez. Se trata de una tarta Sacher con forma de libro de conjuros, pócimas y hechizos. La clásica Sacher va rellena de mermelada de albaricoque. Yo he usado de naranja pues esa combinación a mí personalmente me gusta más. La cubriremos con una ganache de chocolate y para decorar vamos a utilizar una impresión comestible en papel de azúcar simulando dos hojas de un libro abierto. Esta impresión es una especie de oblea con sabor avainillado, flexible y fácil de colocar. Podemos encontrarla en cualquier tienda especializada en artículos de repostería y personalizarla. En este caso, el dibujo lo busqué por internet y encargué que me la imprimieran al tamaño que me interesaba, en este caso de 13 x 18 cm. En los lomos del libro marcaremos unas líneas para simular las páginas gruesas y envejecidas de un libro centenario. Después las pintaremos con colorante dorado. La calavera es de chocolate blanco y para hacerla he usado una cubitera de silicona que tengo, que por cierto es de los regalos más frikis que me han hecho y que me encanta porque los cubitos quedan super graciosos. Pero si os parece, mejor os voy contando paso a paso. Mirad, necesitamos:
Para el bizcocho:
100 g harina
120 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 g almendra molida
180 g de azúcar
6 huevos «M» a temperatura ambiente
150 g de chocolate negro 70%
10 g de levadura química
pizca de sal
Para el relleno:
mermelada de naranja o la que prefiráis
Para la ganache:
150 g chocolate fondant
150 ml nata 35% m/g
25 g mantequilla a temperatura ambiente
Para la decoración:
Impresión comestible en papel de azúcar
colorante dorado, colorante negro
chocolate blanco para la calavera
Vamos a utilizar un molde cuadrado de 20 x 20 cm, aunque también nos puede venir perfecto uno que sea rectangular. Lo untamos ligeramente con mantequilla y forramos la base y las paredes con papel vegetal, así no tendremos problemas a la hora de desmoldarlo. Pondremos a precalentar el horno a 170ºC con calor arriba y abajo.
Comenzamos troceando el chocolate y los derretimos en el microondas en intervalos de 20 segundos, removiendo cada vez para evitar que se queme. Dejamos templar y añadimos la mantequilla derretida. Por otro lado, montamos los huevos junto con el azúcar hasta que dupliquen su volumen. Es importante que monten bien (de 3 a 5 minutos) para que nuestro bizcocho quede esponjoso. Una vez tenemos los huevos montados, añadimos en forma de hilo el chocolate templado removiendo hasta integrar. Añadimos la almendra molida y a continuación la harina que habremos tamizado con la levadura y la pizca de sal. Y mezclamos suavemente pero sin sobrebatir la mezcla, solo hasta que veamos que no quedan restos de harina ni almendra. Ayyyyy Dioooos, no he podido resistirme y he metido el dedo en la masa para probarla 🙂 ….. creo que voy a morir de amor, me la comería así de una sentada.
Vertemos la mezcla en el molde, alisamos la superficie y damos un golpe al molde contra el mármol para asentarla. Colocamos en la bandeja media-baja del horno y horneamos durante 1 hora. Comprobamos si está hecho clavando una brocheta en el medio. Si sale limpia o un pelín humeda retiramos del horno, con el calor residual se acabará de hacer.

Dejamos reposar en el molde unos 15 minutos y desmoldamos tirando del papel vegetal hacia arriba. Lo ideal es dejarlo preparado el día anterior y conservarlo envuelto en film.
Para hacer la calavera vamos a derretir el chocolate blanco en el micro en intervalos de 20 segundos removiendo cada vez. Ojo que el chocolate blanco, al no ser chocolate propiamente dicho es más difícil de controlar en el micro y hemos de estar bien atentos para que no se queme. Para derretirlo con más seguridad es recomendable hacerlo al baño María. Rellenamos la cubitera, tapamos y dejamos endurecer en la nevera.

Cuando haya solidificado nos pondremos unos guantes de latex y con ayuda de un pincel marcaremos las cuencas de los ojos, el hueco de la nariz y los dientes con colorante negro y, con los dedos, iremos manoseando la calavera ligeramente para ensuciarla un pelín darle un punto tétrico.
Vamos a dejar preparada la ganache de chocolate. Para ello troceamos el chocolate en pequeñito y ponemos en un recipiente. Calentamos la nata y justo en el punto de ebullición retiramos del fuego y vertemos sobre el chocolate.

Dejamos reposar un minuto y a continuación con unas varillas removemos hasta lograr una crema homogénea. En ese momento añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, le va a dar untuosidad y brillo. La tapamos con film a piel y dejamos a temperatura ambiente.

Al día siguiente montamos la ganache con unas varillas eléctricas, como si de una mayonesa se tratase. De esta manera la podremos untar con facilidad. Retiramos el copete del bizcocho y lo cortamos a la medida de la impresión comestible, dejando un centímetro más por la derecha y otro más por la izquierda.

Con un cuchillo de sierra marcamos el centro y vamos tallando el bizcocho dándole forma de libro abierto, es decir más abultado por la parte central y recortando en disminución hacia ambos lados. Hacemos el agujero donde irá colocada la calavera.

Abrimos el bizcocho por la mitad, rellenamos con la mermelada y colocamos la otra mitad encima.

Untamos con la ganache y extendemos con una espátula. Para que nos quede bien lisa yo utilizo un truco infalible que consiste en poner agua caliente en un vaso alto, calentar la espátula en ese agua, secarla con un paño o papel absorbente y extender la ganache. Veréis que fácil resulta.

Antes de que el chocolate endurezca trazamos unas líneas en los lomos simulando las hojas gruesas y deformadas de un libro muy viejo.

A continuación con ayuda de un pincel pintamos los lomos con el colorante dorado.

Llega el momento de colocar la impresión comestible a la que previamente habremos hecho el agujero donde irá colocada la calavera. Con un pincel humedecemos ligeramente la parte trasera de la impresión para que se adhiera fácilmente a la ganache. Y con las manos lo vamos acomodando, no hace falta que quede perfecto, se supone que es un libro centenario así que, dejaremos las esquinas de las hojas un pelín levantadas para darle mayor realismo. Finalmente colocamos una cinta de punto de libro.

Y ya la tenemos terminada!!!
Abracadabraaaa, pata de cabraaaa….. con un cuchillo que la tarta se partaaa!!

Que paséis una divertida noche de Halloween, pero antes, ahí van unos conjuros para vosotros: Ojos de sapoooo, patas de ranaaaa, que tengas suerte toda la semanaaaa…… Alas de murciélago, cola de lombriz, que hoy y siempre seas muy feliz…!
Hasta la próxima. Besos embrujados 😉
Ali
Eres una artista…sin palabras¡¡
Miriam, dice; Madre mia, mama,. la.Alicia…
Eva.
Enviado de Samsung Mobile
Get Outlook for Android
________________________________
Me gustaMe gusta
Gracias Eva 🙂 Que graciosa Miriam y qué bonita es. Dale un beso muy grande.
Me gustaMe gusta
Impresionante y terrorífico! Como siempre alucinante! Un enorme besazo Ali! Muuuuaaaa!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Isaaaaa!!!! Me alegro de que te guste. Espero que te este yendo bien en tu nuevo destino. Se te echa de menos cielete. Un beso gordo
Me gustaMe gusta