Tarta Lady Bug

Porqué será que gustan tanto las series y películas de superhéroes? Y es que, estaréis de acuerdo conmigo en que de unos años para acá se ha desatado tal locura por esos personajes de cómics que, incluso quienes no formábamos parte de ese público masivo la curiosidad nos ha llevado a ver más de una película para entender el motivo y a ser posible con una caja rebosante de palomitas.  Son personajes poderosos a la vez que humildes que llevan una vida normal y que cuando el mal amenaza son capaces de transformarse en superhéroes con la única misión de luchar para proteger a los inocentes, salvar la Tierra…. nada los detiene y, reconozcámoslo, esas excentricidades para lograrlo nos apasionan. Y pese a que no tengo suficiente conocimiento del tema sí me parece percibir que detrás de todas esas aventuras hay una moraleja y es la de pelear cueste lo que cueste por las cosas que queremos, de no rendirnos jamás, de aprender de los errores, de ser menos interesados, más correctos y mejores personas. Thor, Capitán América, Ironman, Viuda Negra, Spiderman…. son personajes muy idolatrados y estoy segura que, aunque no seáis muy fan de ellos tenéis vuestro favorito, a que sí? Hasta los más pequeños tienen el suyo!! Por eso, este año la tarta de cumpleaños de Ainara había que dedicársela a su superheroína favorita: Lady Bug, a la que por cierto imita a la perfección, tendríais que verla ejjjejjejj…… Este personaje que aparece en una película de dibujos animados ha causado furor entre los más pequeños.  

Y tengo una pregunta para vosotros: si tuviéseis la capacidad de transformaros en un superhéroe/ína qué superpoder os gustaría tener? A mí mirad, me encantaría poder detener el tiempo para disfrutar de momentos únicos que te hacen sentir bien, por ej.  cuando no puedes parar de reír o…. cuando abrazas tan fuerte a alguien que no quieres soltarlo…. o cuando suena el despertador y quisieras estarte un ratito más en la cama…… hay tantas situaciones verdad?  Sería fantástico. Pero como eso por ahora no puede ser (quién sabe si en un futuro….) lo que sí podemos hacer es aprovechar cada uno de esos instantes porque no tienen retorno y sí…. podrán haber muchos otros que se parezcan pero jamás serán idénticos. 

Os cuento cómo hacer esta tarta. He utilizado un molde pequeñito de 12 cm x  7 cm de diámetro. Este tipo de tartas decoradas quedan más bonitas así, de diámetro pequeño pero con altura. 

Para el bizcocho genovés:

4 huevos «L» a temperatura ambiente

120 g harina

120 g azúcar

ralladura de limón

Para el almíbar:

1 vasito de agua + 1 vasito de azúcar

Para el relleno: 

mermelada de fresa

Para la cobertura de buttercream de merengue suizo de chocolate blanco:

68 g clara de huevo

136 g azúcar 

200 g mantequilla textura pomada

70 g chocolate blanco derretido y frío

Para la decoración:

impresión comestible en papel de azúcar

fondant blanco

azúcar isomalt + palitos de cartón

colorantes en gel color rojo y negro

rotulador comestible color negro

Lo ideal es dejar preparado el bizcocho el día anterior para que se asiente la miga y no se desmigue tanto al cortarlo, pero si se nos ha olvidado no pasa nada, lo cortaremos con cuidado y ya está. Yo lo que hago es dividir la masa en dos y hornear dos bizcochos para luego tener dos bases, luego veréis para qué. 

Ponemos a precalentar el horno a 170ºC con calor arriba y abajo y mientras tanto preparamos la masa del bizcocho. Ya habéis visto qué poquitos ingredientes lleva. Ni siquiera necesita levadura ni impulsores y el resultado es fantástico. Mirad, en primer lugar vamos a batir muy bien los huevos con el azúcar y la vainilla hasta que tripliquen el volumen y la mezcla se vuelva blanquecina. Los huevos deberán estar a temperatura ambiente para que monten bien. Este paso nos llevará unos 10 minutos aprox. en batidora de varillas eléctrica. Gracias al batido continuado y prolongado de los huevos con el azúcar la mezcla cogerá aire en su interior. Este es el secreto para que nos quede tan esponjoso sin necesidad de utilizar impulsores.

Mirad, así es cómo ha de quedar ese batido.

A continuación, tamizamos la harina y la añadimos en varias tandas a la preparación anterior, mezclando con una espátula con movimientos envolventes, es decir, de abajo hacia arriba para que la mezcla no pierda volumen. Engrasamos nuestro molde y colocamos un disco de papel vegetal en la base para que se desmolde con facilidad. Espolvoreamos con harina las paredes del molde y retiramos el sobrante. Vertemos la mitad de la mezcla e introducimos en el horno a media altura. Horneamos durante 30 minutos aprox. dependiendo de cada horno. Retiramos del horno, dejamos templar 5 minutos en el molde y desmoldamos. Preparamos de nuevo el molde y hacemos otro bizcocho con el resto de la masa. Otra forma de hacerlo es batiendo las yemas con el azúcar, añadir la harina tamizada y finalmente incorporar en varias tantas las claras batidas a punto de nieve. Sin embargo, a mí me funciona mejor de la otra manera y siempre lo hago así. Si los preparamos el día anterior hemos de envolverlos cuidadosamente en film para que no se resequen y lo conservamos a temperatura ambiente. Una vez estén fríos y con ayuda de una lira o un cuchillo de sierra (el del pan por ejemplo) los dividimos en capas. 

Los copetes los retiramos y nos tomamos un cafelito con leche con ellos, os parece? 😉

El almíbar lo hemos de tener hecho con suficiente antelación para que enfríe antes de utilizarlo. Para prepararlo vamos a calentar el agua junto con el azúcar en un cazo, dejamos hervir un minuto y apagamos.

Y vamos ahora con la crema de relleno y cobertura. En este caso prepararemos una buttercream de merengue suizo de chocolate blanco.  No es la clásica buttercream con saborazo a mantequilla que a muchos nos resulta empalagosa. Esta es una crema que pese a elaborarse con mantequilla resulta muy sedosa al combinarse con merengue. Y al añadirle el chocolate blanco el sabor final es delicioso. Además es fantástica porque no necesita conservación en nevera por lo que en este caso era ideal porque la tarta iba a estar varias horas a temperatura ambiente. Tiene un pelín de dificultad para quien no la ha hecho nunca, pero tranquilos solo tenéis que leer con atención los pasos y consejos que os indico y no tendréis ningún problema.

Para hacer esta crema necesitamos una batidora eléctrica que además del accesorio de varillas tenga también el de pala porque necesitamos los dos. Si no tenemos este tipo de aparato va a ser más complicado prepararla porque necesita de mucho batido y nuestra muñeca se nos puede caer en pedazos además de que la textura no quedaría muy bien que digamos. Lo siento pero es así, prefiero decíroslo a que os llevéis un desengaño. Dicho esto, vamos a dejar preparados los ingredientes para ir utilizándolos según sea el momento. Así pues, como necesitamos que la mantequilla esté blanda la hemos de sacar con suficiente antelación de la nevera sobre todo ahora en invierno. Si se nos ha olvidado sacarla, podemos darle unos minutos de micro con la función de descongelar (nunca calentar) y así se irá ablandando. El chocolate blanco también lo vamos a trocear en pequeño y lo derretiremos en el microondas en intervalos de 20 seg. removiendo cada vez para evitar que se queme. Una vez derretido lo dejamos templar. Para hacer el merengue suizo, ponemos las claras y el azúcar en un cazo y éste a su vez sobre otro cazo con agua. Llevamos a fuego medio. El cazo con las claras no ha de tocar nunca el agua caliente para evitar que se cuajen las claras. Hemos de remover constantemente la mezcla  hasta que al comprobar con las yemas de los dedos no notemos los granillos de azúcar. Es un proceso que nos llevará pocos minutos y con el que conseguimos pasteurizar las claras y así evitar riesgos de intoxicación por salmonela sobre todo si la hacemos en verano. Cuando el azúcar ya se haya disuelto vertemos la preparación en caliente sobre el bol de la batidora, ponemos el accesorio de varillas y dejamos que monten las claras hasta que se forme un merengue firme,  brillante y que forme picos.  El merengue ha de estar a temperatura ambiente antes de añadir el resto de ingredientes y eso lo comprobaremos tocando el bol y si vemos que todavía está caliente  podemos acelerar el proceso de enfriado frotando el recipiente con una bolsa de aquellas de gel que se ponen en el congelador. Una vez que el merengue está a temperatura ambiente, paramos la máquina, cambiamos el accesorio de varillas por el de pala y la ponemos a funcionar de nuevo a velocidad media-baja. Vamos añadiendo la mantequilla de poco en poco y dejando que se integre y finalmente agregamos el chocolate blanco derretido en forma de hilo. Veremos que está hecha cuando tome cuerpo y consistencia. Puede ocurrir que en el momento de añadir la mantequilla si el merengue no ha enfriado lo suficiente la crema adquiera una textura como si estuviera cortada. Tranquilos, tiene remedio, llevamos el recipiente a la nevera un ratito para que se igualen las temperaturas y continuamos batiendo hasta conseguir una crema sedosa y fina.

Comenzamos con el montaje de la tarta. Sobre un plato giratorio colocamos la primera base de bizcocho, humedecemos ligeramente con el almíbar y con una manga pastelera formamos un círculo por todo alrededor con buttercream y rellenamos el hueco con mermelada. Y continuamos así hasta terminar con todas las capas.

Colocaremos la última capa de bizcocho a modo de tapa, de ahí lo que os decía de hacer dos bizcochos, para poder poner una base en la parte superior. Extendemos una capa de buttercream por toda la tarta, para sujetar la miga.

Retiramos el exceso con una paleta alisadora y llevamos a la nevera a endurecer antes de darle la capa final.

Pasada una 1/2 h retiramos del frigo y damos una segunda capa de buttercream, esta vez más generosa. De nuevo, con la paleta y ayudándonos de la base giratoria vamos a ir alisando la tarta. Siempre digo que esta parte es como trabajo de albañilería,  ya que hemos de pasar la paleta hasta que nos quede la tarta lisa tanto por el contorno como por la parte superior. No desesperéis si al principio no os queda como os gustaría, todo es práctica. 

Una vez que la tenemos totalmente cubierta y lisa la llevamos a la nevera, no porque necesite frío sino para que coja firmeza y podamos traspasarla más fácilmente a la base de presentación, para lo cual nos ayudaremos de unas espátulas que pasaremos por debajo.

Vamos ahora con las decoraciones. Estas son las que vamos a poner.

Para hacer las piruletas de isomalt vamos a dejar preparado un tapete de silicona y los palitos de cartón. Ponemos un par de cucharadas de azúcar isomalt en un cazo  y llevamos a fuego medio. Cuando se haya derretido añadimos una pizca de colorante rojo y cogiendo el cazo por el mango hacemos movimientos giratorios de muñeca para procurar que se mezcle bien el colorante. En el momento en que veamos que se vuelve transparente, retiramos del fuego y vertemos montoncitos sobre el tapete formando circunferencias y rápidamente colocamos el palito. Los dejamos secar por completo antes de despegarlos.  Repetimos la operación para hacer los globos negros. En cuanto a los adornos de la superheroína, la Torre Eiffel y el número 5, éstos son una impresión comestible en papel de azúcar que compré por encargo. Estas piezas se pueden pegar directamente a la tarta siempre que tenga una cobertura donde adherirse, pero con la humedad de la misma tiende a deformarse ligeramente. Lo ideal es pegar las piezas directamente sobre fondant con un pelín de agua o pegamento comestible y dejar secar antes de decorar la tarta con ellas. Clavaremos unos palillos en la base cuando en el fondant aún está blandito para poderlos clavar en la tarta. A la Torre Eiffel le he puesto un lacito rojo, me gustaba más así.  Para hacer las nubes vamos a utilizar también fondant y rotulador comestible negro. No hace falta tener un cortador para darle forma de nube, yo lo que hice fue hacer una plantilla en papel, colocarla sobre el fondant estirado y recortar la silueta con una puntilla. Después con el rotulador marqué las ondas de las nubes.

Estos adornos los hemos de tener preparados con dos o tres días de antelación para que el fondant endurezca. Tanto el azúcar isomalt, como el rotulador comestible y las impresiones comestibles podemos encontrarlas en tiendas especializadas en productos de repostería.

Para terminar, dispondremos los adornos decorativos en el orden que más nos guste. Esta es la parte más divertida de todo el proceso.

Pues esto ha sido todo. No puedo poneros una fotografía del corte de la tarta porque me fue imposible tirarla con todos los peques revoloteando a mi alrededor impacientes con plato en mano esperando su trozo 🙂 A ver quien les decía a ellos que primero tenía que hacer una foto…. jejjjejje.

Feliz Cumpleaños Ainara, por muchos años más compartiendo momentos contigo. Un abrazo de la tía Ali, que te quiere con locura. 

Hasta la próxima. Besos

Ali

 

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