Brioche a Tête

Hoy os traigo un Brioche a Tête. No sabéis el tiempo que hacía que no lo preparaba. Qué me lo impedía? Pues claramente, el molde, o sea… la típica flanera estriada de toda la vida. Aquella que se utilizaba para preparar el flan de tamaño familiar al baño María y que daba un gozo tremendo verlo una vez que estaba volteado con todo su caramelo rebosante. El problema venía después al hacer las particiones pues el trozo en contadas ocasiones llegaba íntegro al plato, pero…. y qué más daba…. lo importante es que estaba brutalmente rico. Pues bien, no sé qué narices hice yo con esa flanera que por más que la he buscado y requetebuscado no la encuentro. Debe ser que la guardé muy bien en su momento. Y estoy segurísima de que cuando no me haga falta entonces aparecerá, como ocurre con muchas otras cosas en esta vida. Pero bueno, tan sencillo como hacerme con otra y asunto resuelto. Será por moldes!! Me pasa como con los cortadores de galletas, si por mí fuera me los compraría todos, me encantan. Ahora ya no tanto, pero tiempo atrás era ver uno que no tenía y me hacía con él al minuto. Como el que colecciona cromos…. vamos.  Vaya vicio cogí con los cortadores! Pero claro, algún día se me tenía que pasar esa fiebre o al paso que iba acabaría saliendo yo de casa para que entraran ellos ejejejj…. No, en serio… tengo la barbaridad. Y luego la verdad es que no he usado ni la mitad, que tiene guasa la cosa… pero me gusta tenerlos, ea….. 

Total a lo que iba, que con molde en mano ya podía quitarme la espinita y preparar este delicioso brioche que se me había antojado sí o sí y hasta que no lo tuve hecho no paré. 

La principal característica de este bollo aparte de la forma que toma con el uso de ese molde,  es ese copete superior que parece una cabecita, de ahí lo de tête. Lo encuentro tan rebonico!  Os comento que la masa de brioche es una masa enriquecida con huevos y bastante mantequilla. Eso significa que es más laboriosa de preparar ya que es un tanto pegajosa y necesita de amasados largos. Por ello, si tenemos la posibilidad de utilizar una amasadora nos va a venir de perlas. Y si no disponemos de este aparatejo  pues oye mira…. paciencia y a darle al brazo. Lo importante es no dejar de amasar hasta lograr una masa muy elástica que nos dará como resultado un brioche tierno y ya de paso…. pues unos brazos bien definidos jejej… que hay que ver el lado bueno de las cosas…! 😉  En mi caso he comenzado amasando a mano pero después he tirado de amasadora para que trabajara por mí un ratito….. que para eso le pago jejejej..

Recordaros que la vida de un brioche es muy corta por lo que lo ideal es tomarlo del día y si nos sobra lo conservaremos bien envuelto en film y siempre podemos calentarlo unos minutos en el horno para devolverle ternura. Si nos apetece podemos tunearlo añadiendo chips de chocolate a la masa o unas pasas, quedará delicioso. Ah! sobretodo, a ser posible utilizad una buena mantequilla, el sabor mejorará notablemente. 

Y ya sin más preámbulos (siempre quise decir esto… ejejejjj) os cuento como prepararlo.

Para un molde de 15 cm de diámetro:

Para el brioche:

175 g harina de fuerza

100 g mantequilla

100 g huevo  

20 g leche tibia

12 g levadura fresca de panadero

40 g azúcar

1/2 c/c sal

Para pincelar:

huevo + 1 cda. leche

Lo primero que vamos a hacer es diluir la levadura fresca en la leche tibia. Ahora en un recipiente amplio ponemos la harina, el azúcar, la levadura con la leche, la sal y los 100 g de huevo ligeramente batido. El resto del huevo lo reservamos en la nevera y lo utilizaremos para pincelar. Y comenzamos a mezclar los ingredientes hasta que estén integrados por completo. Este primer paso yo lo he hecho a mano y me ha llevado unos 30 minutos. Si usamos amasadora con unos 15 minutos a velocidad media será suficiente, siempre con el accesorio de gancho. Conforme vayamos amasando irá desarrollarse el gluten de la harina y la masa se tornará más elástica, que es lo que buscamos: elasticidad. Podemos comprobar que la masa está en su punto  haciendo la prueba de la membrana que consiste en coger una porción de masa, estirarla con ambas manos y si se transparenta sin romperse es que lo hemos hecho bien. Repito, es la clave para que nuestro brioche quede tiernecito tiernecito. Eso…. más los reposos. 

Llega el momento de incorporar la mantequilla. Y ahora sí que es cuando he usado la amasadora ya que la masa se vuelve bastante pegajosa y a mí, sinceramente…. me da mucha grima trabajarla, mira….. no lo puedo evitar. Es otra de las cosas que tengo intentar superar pero…. hoy no…. mañaaaana jejejej..  En este punto mirad, hay quien añade la mantequilla fría en dados y quien la usa a temperatura ambiente. Yo he probado de las dos maneras y a mí me funciona mejor cuando está blanda (no derretida). Así pues, vamos a ir incorporando la mantequilla de poco en poco a medida que veamos que la masa la va absorbiendo. Cuando ya la hemos añadido toda, se trata de amasar hasta que veamos que se despega de la mesa o del bol de la amasadora y se torna brillante. Este proceso nos va a llevar un ratito pero luego lo vamos a agradecer. Una vez que tenemos la masa hecha la vamos a bolear. Es muy fácil, mirad:  enharinamos la mesa, estiramos un poco la masa haciendo un cuadrado,  llevamos los bordes al centro como si hiciéramos un paquetito y le damos la vuelta. Y ahora usando las dos manos vamos a ir girando la masa de manera que con la fricción contra la mesa se selle la unión. Una vez hecha la bola la ponemos en un bol amplio ligeramente engrasado, cubrimos con film y dejamos reposar durante 3 horas en lugar alejado de corrientes de aire, por ejemplo, dentro del horno apagado. 

Mientras tanto vamos a dejar preparado nuestro molde untándolo muy  ligeramente con mantequilla derretida usando para ello un pincel. Si el molde es antiadherente no hará falta pero yo aún así no me fío y lo engraso un poco.

Pasadas esas tres horas, colocamos la masa sobre superficie enharinada comenzamos a formar el brioche a tête. Para ello, cortamos un trozo de masa que será la que utilizaremos para la cabecita, más o menos que sea una 1/5 parte del total.  Y boleamos las dos masas de la misma forma que os he indicado anteriormente. A la masa pequeña le damos forma de peonza. Y a la grande le hacemos un agujero en el medio de manera que parezca un donut gigante. En la fotografía lo veréis mejor.

Insertamos la cabeza en el hueco, con la punta hacia abajo, intentando que no sobresalga demasiado sino que quede casi a la misma altura. De esta manera conseguimos que se unan al crecer y así al hornearse no saldrá disparada.

Colocamos el brioche dentro del molde y dejamos reposar nuevamente durante 2 horas en el mismo lugar anterior.

Pasado ese tiempo de reposo vemos que ha aumentado de volumen y tiene un aspecto fabuloso.

Retiramos el resto de huevo que habíamos reservado en la nevera, lo mezclamos con una cucharada de leche y  pincelamos el brioche con precaución de no pincharlo.

Precalentamos el horno a 190ºC. Introducimos el molde en el horno, concretamente en el nivel medio y horneamos durante unos 40-45 minutos. Cuando quede un 1/4 h para terminar si vemos que se nos dora demasiado hasta el punto de quemarse podemos cubrirlo con papel de aluminio.

Retiramos del horno y dejamos enfriar 5 minutos sin sacarlo todavía del molde.

Desmoldamos con delicadeza, dejamos enfriar sobre una rejilla. 

Es un bollo con un aroma y un sabor tremendo.  Aquí os dejo un  fotografía del interior para que veáis como queda la miga, en hebras.  Es maravillosa. Y hueleeee….. mmmmmm como huele!!!!

Para servirlo lo cortaremos en rebanadas y podemos tomarlo tal cual o untado con mermelada, crema de cacao….. o mejor aún, con un delicioso chocolate a la taza.

Que lo disfrutéis y hasta la próxima!!

Ali

2 comentarios sobre “Brioche a Tête

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s