
Como se nota que se acerca el veranito y la gente se pone en marcha con la operación bikini. Y es curioso porque durante el invierno somos cuatro gatos los que a las siete de la mañana ya estamos dándole a las aletas en la piscina. Que llegas a las instalaciones cuando aún no han puesto las calles, abrigada hasta las orejas por el frío y echándole valor al agua de la ducha previa que sale como el hielo la condená. Siendo tan poquitas personas normalmente tenemos una calle por persona y por lo general respetamos la costumbre o manía que tiene cada uno de ponerse siempre en la misma. Que os parecerá una tontería pero a mí me pasa, si alguna vez he de utilizar otra pues…. a ver…. me conformo, pero ya no me mola tanto. El tema está en que desde que empezó a amanecer antes hay más afluencia de gente, lógico. Que los ves que se apelotonan delante de las instalaciones que aquello parece la puerta del Corte Inglés el primer día de rebajas, ansiosos por ser los primeros en entrar y apropiarse de una de las calles. Y tú los miras y piensas, pero adónde vais corriendo atropellaos….. si está claro que vamos a tener que compartir…. Eso no es lo que me molesta. A mí lo que me viene indignando de un tiempo a esta parte es que en la piscina-jacuzzi que está justo al lado y en la que hay 12 surtidores nada menos, enfocados a diferentes partes del cuerpo, últimamente el surtidor que a mí me gusta utilizar para relajar la musculatura después de hacer mis largos anda ocupado por una señora que se tira allí la vida entera, es decir, desde que entramos hasta no sé cuando porque cuando yo me voy ella sigue allí sin moverse. Y la ves que no tiene ninguna prisa… está a gustito la mujer. Y claro, una que es prudente no le dice nada porque tiene todo el derecho a usarla pero, a ver…. que no es de su propiedad, que somos más los que lo necesitamos. Y cuántas veces me dan ganas de decirle, señora…. ejem…. disculpe, le importa que me ponga yo un par de minutitos y después ya lo puede usar ud. toda la mañana? Verá es que entro a currar a las ocho y ya voy justita. Pero con la cara de pocos amigos que tiene me expongo a que me dé una mala contestación y la verdad es que una no tiene necesidad de eso y menos a esas horas. Así que no le digo nada por educación y me pongo en otro surtidor, lo que me supone estar haciendo malabarismos varios para que los chorros alcancen las zonas que me interesan. Total que esta mañana esa señora no ha venido, debe ser que como el día ha amanecido raro le ha dado pereza, digo yo…. Y he pensado buaaah….. esta es la mía! Con tan mala fortuna que hoy no funcionaba el surtidor. Ya es casualidad!! Ufff…. no sabéis que mala gana me ha entrado. Siendo mal pensada diría que hoy no ha venido porque debió de petarlo ayer de tanto darle al botoncito cada tres minutos que dura la sesión. Ayyyy Dios! Bueno…. pero es que eso no es todo, aún hay más..… y es que, sabéis de esas personas con las que compartes calle y te da la sensación de que lo único que quieren es hacer competición contigo? Pues también me ha tocado a mí. Y no saben con quién han dao, buena soy yo para eso……!! que quieres competición? pues la vas a tener. Así que he terminado exhausta y sin poder relajar la musculatura porque estaba todo ocupado. Ea…. que tenía que ser así hoy. Aunque…… viendo el lado positivo, entre la una y el otro me han hecho un favor porque he ido sobradísima de tiempo al curro. Aún voy a tener que darles las gracias y todo jejejjjj..
En fin, el caso es hoy que no he empezado el día como esperaba pero eyyyy…. que aún estoy a tiempo de mejorarlo! Cómo? Pues con unas bolas del delicioso helado que os traigo hoy.
Queréis que os cuente como se prepara? Perfecto, pues mirad necesitamos:
500 gr queso crema tipo Philadelphia
500 ml nata líquida 35% m/g
100 gr azúcar
20 galletas Oreo
50 ml leche entera
Comenzamos separando el relleno de las galletas y poniéndolo en un recipiente. Con ayuda de un tenedor lo chafaremos al tiempo que añadimos la leche y formamos una pasta.
Por otro lado, en un molinillo trituramos unas ocho galletas individuales sin relleno hasta hacerlas polvillo. También vamos a trocear otras cuantas, como unas seis o siete y las reservaremos aparte para añadirlas al final.
Ahora, en un bol amplio echamos el queso crema, la nata (sin montar), el azúcar, la pasta del relleno de las oreo y el polvo de galleta. Batimos con unas varillas a velocidad media hasta integrarlos.
Si no tenemos heladera, no problem, vertemos la mezcla en un molde preferiblemente metálico y llevamos al congelador. Cuando haya pasado una hora lo retiramos y con un tenedor o varillas lo removemos para romper los posibles cristales de hielo que se hayan formado. Introducimos de nuevo en el congelador y cuando pase otra hora repetimos la operación. Este paso lo vamos a hacer dos o tres veces más. A este proceso se le llama mantecar el helado. Veremos que cada vez está más denso y nos cuesta más removerlo, será momento de añadir las galletas troceadas y mezclar para distribuirlas por todo el helado. Le van a dar un puntito crunchy muy rico. Lo cubrimos con film y dejamos endurecer unas 4 ó 5 horas antes de consumir. Este es un helado que contiene gran cantidad de materia grasa por lo que la cremosidad está garantizada, pero aún así, si lo mantecamos obtendremos un helado súper.
Si vamos usar una heladera necesitamos que la mezcla esté bien fría, para lo cual, la reservaremos en el frigo unas horas, mejor de un día para otro. Pasado ese tiempo comenzaremos a mantecar el helado siguiendo las instrucciones del fabricante. Un minuto antes de que termine y sin parar la máquina agregramos gradualmente los trocitos de galleta. Dependiendo de la heladera es posible que se atasque al echar los trocitos de galleta así que lo mejor será incorporarlos una vez hayamos vaciado el helado en el recipiente y mezclaremos con un tenedor. Cubrimos con film e introducimos en el congelador para que endurezca unas horas.

A la hora de servir debemos sacarlo unos minutos antes para poder formar unas bonitas bolas.
Debéis saber que la temperatura perfecta de cualquier helado es entre los -10 y -12ºC. Por lo que, si ha estado congelándose a -20ºC, por muy cremoso y untuoso que sea, nos va a resultar complicado hacer las bolas hasta que no suba su temperatura unos grados y se revenga un poquito. Para facilitarnos la faena podemos templar la cuchara saca-bolas en agua caliente.

Que lo disfrutéis tanto como lo voy a disfrutar yo ahora mismo.
Está tan sumamente rico que no sé quien se va a derretir antes, si el helado o yo….. 🙂
Hasta la próxima. Besos
Ali