Si hay algo que me apasiona aparte de “jugar a las cocinitas” son las manualidades. El verano pasado (uff…qué lejos queda ya!!) aprovechando una excursión por el campo, estuve recogiendo palos de diferentes tamaños para componer el árbol de Navidad que luciría en mi casa este año. Mientras lo estaba haciendo y pensando en los adornos que iba a llevar, me pareció un buen escenario para presentar unas galletas de jengibre tan típicas de estas fechas. Así que, sin pensarlo dos veces me puse manos a la obra y este es el resultado.
En cuanto a las galletas no puedo deciros con exactitud las que me salieron con estas cantidades porque, a parte de que olvidé contarlas, hubo un pequeño saqueo o quizás desaparecieron por arte de magia, no sé 🙂 Y también depende mucho del tamaño de cada una, pero más o menos unas 25.
Para las galletas
400 g harina
150 g mantequilla
120 g azúcar moreno
100 g miel
1 huevo M
1 cdta canela
1 cdta jengibre
1 pizca de sal
1 pizca de nuez moscada
Para la glasa real:
300 g azúcar glass
4 cdtas polvo de merengue
45 ml agua
Sacamos la mantequilla del frigorífico un rato antes para que adquiera textura de pomada. La mezclamos bien con el azúcar. Batimos un huevo y lo añadimos. Seguidamente incorporamos la miel y las especias. Finalmente vamos a ir añadiendo la harina junto con la pizca de sal, en varias tantas, removiendo con una espátula.
Cuando ya tengamos la masa, hacemos una bola y dejamos reposar en la nevera durante 1 hora. Después con ayuda de un rodillo la extendemos entre dos hojas de papel vegetal, dejándola de un grosor de unos 6 mm.
Ahora con los cortapastas elegidos vamos a cortar las galletas. Para que éstos no se nos pequen a la masa los vamos a ir pasando primero por un cuenco con harina. Colocamos las galletas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal o sobre un tapete fiberglass como en este caso.
A las que vayamos a colgar les haremos un agujero con un palillo que dejaremos puesto mientras se hornean para que no se cierre.
Mientras se precalienta el horno a 180ºC vamos a meter la bandeja de las galletas en la nevera. Han de estar bien frías al hornearse ya que así conservarán mejor la forma. Cuando alcance la temperatura, colocamos la bandeja en la parte central y horneamos durante 20´aprox. Dejamos enfriar en la bandeja fuera del horno durante unos minutos y seguidamente las pasamos con cuidado a una rejilla para que no se ablanden y queden crujientes.
Cuando ya estén completamente frías las vamos a decorar con glasa real. Para ello vamos a mezclar los ingredientes (azúcar glass, polvo de merengue y agua) hasta conseguir una pasta blanca, brillante y con la densidad suficiente para hacer las decoraciones. Vamos a batir a velocidad baja durante unos 7 minutos sin mover apenas las varillas del fondo del recipiente para que la mezcla no coja aire. De lo contrario, se formarían microburbujas que estropearían la decoración de nuestras galletas ya que al secarse la glasa se cuartearía.
Rellenamos una manga pastelera con una boquilla del numero 3. Como podéis ver en la imagen yo utilizo esta especie de biberón de cocina con el que resulta más fácil.
Las dejaremos secar con la precaución de no taparlas con papel film, ni papel vegetal, ni nada de nada. Una vez secas están listas para consumir. Las que sobren las conservaremos en una lata metálica, nunca cristal o plástico porque se ablandan.
Para hacer el árbol, lo primero que hice fue limpiar bien los palos con un producto especial por los posibles bichitos que pudieran contener. Una vez secos los pinté con pintura a la tiza (chalk paint). Finalmente fui atando los extremos con hilo rústico hasta tenerlo terminado.
Ya sólo quedaba decorar el árbol con las galletas.
No sé cuánto tiempo permanecerán ahí colgadas, de hecho creo que cada día quedan menos… 🙂 qué pillines!! No me queda otra que hornear más.
NOTAS:
-La glasa real es un tipo de glaseado que se elabora con agua, clara de huevo y azúcar glass. La clara de huevo contiene albúmina que es lo que va a ayudar a que solidifique. No obstante al utilizar las claras frescas se corre el riesgo de intoxicación por salmonela. Por ello es preferible utilizar claras pasteurizadas u otros sustitutos como albúmina en polvo o polvo de merengue y nos ahorramos tener algún disgustillo. Yo en este caso he utilizado polvo de merengue que no deja de ser albúmina pero con un agradable olor y sabor a vainilla. Y, como no, también tenéis la opción de comprar el preparado que lo encontraréis con el nombre de Royal Icing al que únicamente hay que añadirle el agua y mezclar.
-La albúmina en polvo, el polvo de merengue o el preparado de Royal Icing lo podéis encontrar en tiendas especializadas en repostería.
-La glasa que hemos preparado tiene la densidad óptima para que el delineado quede perfecto sin extenderse. Si después queréis rellenar el interior de la galleta habría que añadirle unas gotas de agua para hacerla más fluída. Si queréis hacerla de colores recordad que los colorantes han de ser en pasta o en gel.
Espero que os haya gustado, hasta la próxima!!