Hola!!! Mi apuesta de hoy puede pareceros complicada pero no lo es en absoluto  y estoy segura de que vais a sorprender porque es un postre vistoso y bonito. Lo vamos a presentar de forma individual. Vais a ver que sencillo es.

Ingredientes:

1 tableta de chocolate negro 70% cacao

1 l. nata para montar 35,01mg materia grasa

canela en polvo

150 g azúcar glass

azúcar para el caramelo

Preparación:

Comenzamos derritiendo el chocolate al baño María. También podéis hacerlo en el microondas en intervalos de 30 seg. removiendo cada vez,  pero debéis estar muy pendientes de que no se os queme.

Estiramos  una hoja de papel vegetal y sobre ella echamos el chocolate derretido. Colocamos  otra hoja  encima y nivelamos con sumo cuidado con un rodillo hasta conseguir una capa fina. La pasamos  a una bandeja y a la nevera a enfriar.

Pasados cinco minutos, antes de que endurezca del todo el chocolate, sacamos la bandeja, retiramos el papel de horno,   que se despegará con facilidad y, con un cortapastas le vamos a dar la forma y lo volvemos a meter en la nevera hasta que endurezca completamente. Es importante hacerlo así ya que de lo contrario si lo hacemos después se nos romperán al ser tan  frágiles. Al cabo de una hora estará totalmente endurecido y ya podemos separar las láminas de chocolate. Para que éstas queden crujientes os  aconsejo que las dejéis preparadas  un día o dos antes y conservadas  en nevera. Las envolveremos separadamente en papel vegetal. 

El siguiente paso es preparar la nata. El gran secreto para montarla es que ésta  tenga  un 35,1% de materia grasa  y  sobre todo que esté muy muy fría. Yo  suelo meter en el congelador el bol en el que la voy a montar. Si es de  acero mucho mejor, se mantendrá frío más tiempo.  Comenzamos a batir y cuando empiece a tomar consistencia le añadimos, en forma de lluvia, dos cucharadas bien colmadas de azúcar glass y una cucharada sopera de canela. Seguimos batiendo hasta que monte bien sino al cabo de unas horas la nata pierde la estabilidad. Sin embargo,  hemos de vigilar   de no pasarnos batiendo pues  se nos puede convertir en mantequilla, lo cual arruinaría nuestro postre. Rellenamos una manga pastelera con boquilla ancha. 

Colocamos la lámina de chocolate base directamente sobre el plato en el que se va a servir. Y con la manga pastelera vamos a ir haciendo rosetones sobre los que se apoyará la siguiente lámina de chocolate. Repetimos la operación  y colocamos la última lámina. Espolvoreamos con azúcar glass. Como broche final podemos adornarlo con unas hojas de menta, frambuesas, naranja confitada….Yo en este caso he hecho un adorno con caramelo líquido que no tiene ninguna complicación.

Para hacer el caramelo vamos a poner agua y azúcar a partes iguales en un cazo. Añadimos unas gotas de limón y removemos con varillas. Lo llevamos al fuego. A partir de este momento no tocaremos el caramelo. Repito, no lo tocaremos, porque el azúcar se bloquea y se cristaliza. Empezará a burbujear y cuando veamos que adquiere un bonito color dorado, lo apartamos del fuego para evitar que se queme y amargue.

Extendemos una hoja de papel vegetal y sobre ella, con ayuda de una cuchara, vamos a ir echando el caramelo. No nos vamos a preocupar por la forma, cuanto más irregular más bonita va a quedar después. Dejamos enfriar (nunca en nevera) y la colocamos sobre la milhoja en el momento de servir. 

Podéis sustituir la canela por cualquier otro ingrediente como café soluble (riquísimo), vainilla, sirope de fresa… siempre teniendo en cuenta  que es mejor añadirlo poco a poco hasta conseguir el sabor deseado.

Y esto es todo. Os animo a que la hagáis, no os arrepentiréis.