En serio pensábais que me había olvidado de publicar las crêpes? Nooooooo….. en absoluto!! Lo que pasa es que las veces en que las he preparado ha habido una mano negra que se las ha terminado antes de que tirara las fotos. Os juro por lo que más quiero que es cierto! Y que conste que lo entiendo perfectamente, pues a unas crêpes recién hechas no hay quien se resista. Sólo con el olor a mantequilla que desprenden mientras se preparan ya es motivo más que suficiente para merodear por la cocina como el que no quiere la cosa y en un momento de descuido alargar el brazo para coger una. En mi caso, el hacerlas me recuerda más a una cadena de montaje que a otra cosa ya que, vierto la mezcla, hago la crêpe, dejo en el plato y desaparece….. vierto la mezcla, hago la crêpe, dejo en el plato y desaparece…… así hasta terminar con toda la masa.  Total que, viendo que me resulta imposible hacerlas con los depredadores a mi alrededor esperando impacientes con el plato en la mano, esta mañana…. y que conste en acta…. he madrugado un poquito para prepararlas tranquilamente y que no haya saqueos antes de tiempo. Creedme….. no es broma. Y para muestra un botón, he podido tirar las fotos sin prisas!!!! jejjejje… 😉

Para orientaros un poco os diré que con las cantidades que os indico os van a salir unas 8 crêpes de unos 15 cm de diámetro. Ya es a gusto de cada un@ el hacerlas más o menos grandes.

Necesitamos:

125 g de harina

250 ml leche entera

2 huevos “L”

25 g mantequilla sin sal derretida

1 cda azúcar (sólo para crêpes dulces)

un poco de mantequilla extra para engrasar la crepera o sartén

Tamizamos la harina sobre un cuenco. Añadimos el resto de ingredientes y mezclamos hasta que no haya grumos. Podemos hacerlo tanto a mano con unas varillas como con  batidora pero procurad no sobrebatir mucho la mezcla. Pasamos la mezcla por un colador a una jarra, tapamos  y dejamos reposar durante unos 20 minutos para que engorde un poco la masa.

Pasado ese tiempo, removemos la mezcla ligeramente con unas varillas para que nos quede homogénea.

Calentamos una sartén antiadherente o crepera lo que tengáis. La untamos con un poco de mantequilla.

Vertemos un poco de masa en el centro.

Con el rastrillo especial para crêpes extendemos la masa dándole forma circular. Si vamos a utilizar sartén, la cogeremos por el mango y con un juego de muñeca circular extenderemos por todo el fondo.

No hay que poner mucha masa, pues lo ideal es que queden muy finitas. Podemos probar con la primera y esa nos servirá de guía para saber la cantidad que debemos verter. Un cazo nos puede venir bien para coger siempre la misma. Yo la verdad es que vierto la masa un poco a ojo pues de tanto hacerlas al final le coges el punto. 

Dejaremos que se dore durante un minuto aprox. y le damos la vuelta con una espátula, dejamos unos segundos más hasta que se dore por ese otro lado y retiramos a un plato. Repetimos el proceso hasta terminar toda la masa, dejándolas una encima de la otra y cubrimos con la tapa del micro para que conserven el calor.

Rellenamos de lo que queramos, crema de cacao, mermelada, nata y frutas frescas……. o salado, con sobrasada están de muerte, probadlo. Aunque si las vais a hacer saladas acordaos de no poner azúcar al preparar la masa.

En mi caso, las he rellenado con crema de cacao y avellanas porque son mi debilidad.

Si no las habéis hecho nunca espero que os animéis, ya habéis visto que son sencillas de preparar y lo mejor de todo, están riquísimas. Sobre todo, tomarlas recién hechas, si dejamos que se enfríen no será lo mismo.

Os dejo, que voy a darme un homenaje por el madrugón 😉

Mmmmmmm… mi reino por una crêpe!!! 😉

Hasta la próxima. Besoooooos

Ali