Con todo esto de la covid nos estamos acostumbrando cada vez más a hacer compras por internet. La ventaja que tiene es que no pierdes tiempo y con sólo hacer un click sabes que, por lo general, en dos o tres días lo tienes en tu casa. La pena es que se pierde el trato y la comunicación con las personas, muchos negocios sufren pérdidas y bueno….. qué me decís del ritual de ir con una amiga a probarte trapitos y terminar en una terracita después de haberos recorrido el centro comercial….? qué tiempos aquéllos….!!! Ahora la cosa es muy diferente, procuramos salir lo justo y necesario de casa y vivimos con la esperanza de que esto también pase. No quiero ni imaginarme el día en que se anuncie que ya podemos hacer vida normal. Madre mía, esas palabras quedarán grabadas en nuestra memoria para siempre y puede que incluso le dediquemos un día como a tantas otras cosas. Qué os parece Día Mundial de la Vuelta a la Normalidad? No es muy original ya lo sé, pero es lo que será. Y lo celebraremos por todo lo alto, ya lo creo que sí. Animo que ya queda menos!

Total que, volviendo al tema de las compras on-line, la otra tarde buscando en una de esas páginas de regalos frikis me llamó la atención una taza de desayuno muy divertida en la que en la parte frontal aparecía escrita la siguiente frase: “los domingos las calorías no cuentan” jjejejj…… uuiiiiiii,  ojálá fuera así verdad? Aunque, pensándolo bien…. no sé…. esto también podría ser un peligro porque los golos@s no tendríamos medida y en lugar de saciar moderadamente nuestra apetencia de dulce, acabaríamos haciendo cola en la puerta de los hospitales por indigestión 😉 Sin embargo, sí creo, en relación con lo que os decía más arriba de dedicar un día a las cosas o situaciones, los domingos deberían ser considerados el Día Internacional de Saltarse la Dieta. Si durante la semana seguimos una dieta equilibrada, qué de malo tiene hacerle un regalito a nuestro cuerpo ese día? Pues ninguno. Desde luego que nos lo va a agradecer inmensamente. Y yo no estoy dispuesta a privarme de algún que otro capricho ese día. Por eso ayer dejé preparado el postre de hoy: un delicioso flan de coco que es una auténtica locura. Y más sencillo no puede ser: mezclar ingredientes y al baño María en el horno.  Os convence la idea? Pues venga que os indico como hacerlo:

Para un molde de 18 x 7cm necesitamos:

Para el caramelo:

100 g azúcar granulada

Para el flan:

400 ml nata líquida

400 g leche condensada

3 huevos enteros

2 yemas de huevo

50 g coco rallado

1 cdta esencia de vainilla

Comenzamos preparando el caramelo. Siempre podéis utilizar el que ya venden ya hecho. Si preferís hacerlo mirad, vamos a poner una capa  fina de azúcar en un cazo y lo llevamos a fuego medio. Conforme veamos que se va derritiendo vamos a ir añadiendo el resto del azúcar de poco en poco. En ningún momento vamos a tocar el caramelo con ningún utensilio porque se cristalizaría. Lo que podemos hacer es agarrar el cazo por el mango e ir girándolo de vez en cuando hasta que  se derrita por completo y alcance un color dorado oscuro. Hemos de estar pendientes de que no humee o se queme porque amargaría, por eso lo ideal es un cazo con fondo claro para poder ver el color. Una vez lo tenemos hecho lo vertemos en el molde y dejamos que endurezca por completo antes de rellenarlo.

Mientras tanto vamos a preparar el flan. En un bol amplio ponemos todos los ingredientes y mezclamos con un batidor de varillas. Lo haremos a velocidad mínima para evitar que la mezcla coja aire ya que eso se reflejaría en el resultado final pues obtendríamos un flan lleno de burbujas y eso le restaría cremosidad. 

Precalentamos el horno a 130ºC con calor sólo abajo. A esa temperatura logramos que vaya cocinándose lenta y uniformemente. Si usamos una temperatura superior el flan aumentará de volumen  y al enfriar se hundirá por el centro. El flan lo vamos a cuajar dentro del horno pero al baño María dentro del horno, es decir, introduciendo el molde del flan dentro de una bandeja alta con agua caliente.

Antes de verter la mezcla en el molde la vamos a pasar un par de veces por un colador para retirar cualquier partícula de huevo que haya. Este paso os lo podéis saltar, pero si queremos que nos quede de diez hemos de hacerlo así. Hacedme caso 😉

Comprobamos que el caramelo ha solidificado y llenamos nuestro molde con la mezcla. Le damos unos golpecitos contra la superficie de trabajo para que las burbujas de aire que pudiera haber suban a la superficie.

Colocamos el molde dentro de la bandeja con el agua caliente e introducimos en el horno.

Dejamos que se cocine durante 1 y 1/4 h. No es conveniente dejarlo mucho más tiempo porque sinó se va recocinar y perderá la textura cremosa. 

Una vez lo tengamos cuajado, retiramos del horno y dejamos enfriar hasta que alcance la temperatura ambiente. Después lo llevaremos al frigo un mínimo de 5 horas. Lo ideal es hacerlo la víspera. Para desmoldarlo vamos a pasar la punta de un cuchillo por todo el borde superior, colocamos encima el plato o bandeja donde lo vamos a servir y le damos la vuelta para que caiga. 

Como podéis ver el coco rallado subió hacia la superficie mientras se cuajaba el flan y al darle la vuelta queda debajo a modo de base.

Es uno de esos postres que te lo comes despaciiiiiiito, disfrutando de su textura cremosa y de su delicioso sabor. Y si puede ser con cuchara pequeñita mejor 😉

No querrás que se termine nunca. 

Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerlo. Besos virtuales…. 😉

Ali