Qué tal, cómo lleváis el fin de semana? Por aquí ha estado lloviendo sin parar desde el jueves pasado lo que en mi caso implica, excepto madrugar para ir al curro, estar enclaustrada en casa prácticamente todas las tardes. Pero contenta porque he aprovechado el tiempo para dedicarle a esas cosas que se han ido quedando a medias, entre ellas terminar un libro que comencé a leer hace dos meses y que el pobre ha pasado a formar parte de la decoración de mi mesilla de noche, ya que no hay manera de terminarlo porque de verdad…… que yo la intención la tengo,  pero es que no paso de dos hojas porque enseguida Morfeo viene a buscarme y yo caigo rendida a sus pies. Y al día siguiente  tengo que volver a leer lo mismo porque ya no me acuerdo dónde me había quedado. Será la edad¿? jejejjjj….. pues posiblemente. Y es que,  como os he comentado en alguna ocasión, soy persona diurna, durante el día tengo una energía imparable pero a partir de las diez de la noche no me pidas milagros. Qué penita 🙂 Con deciros que cuando estudiaba siempre lo hacía de madrugada, me levantaba muy temprano y me aprendía la materia como si nada. Con la diferencia de que por aquél entonces sí era capaz de alargar mi horario nocturno,  sobre todo para salir los fines de semana, ahí no había dolor jejjejjj….. 

Total que cuando por fin terminé de leer el libro, estuve dándole un repaso a mi carpesano de recetas, en el que también guardo algún que otro recorte de revista que me ha llamado la atención. Y entre ellos encontré lo que os traigo hoy: unas tejas de coral que podemos preparar para decorar nuestros platos en esos días en los que queremos lucirnos y sobre todo en estas fechas que se acercan. Estas tejas son para decorar platos salados pero si queréis hacerlas dulces, en lugar de añadir la pizca de sal podéis agregar unas gotas de aroma de vainilla y quedarán caramelizadas. Preparad@s para dejar a todos con la boca abierta?  

Vamos a necesitar:

10 g harina

55 g agua

60 g aceite girasol

una pizca de sal 

colorante alimentario en pasta color negro y burdeos

pasta de vainilla y/o aromas (opcional)

Tanto la medida del agua como la  del aceite os la he puesto en gramos expresamente, no es que se me haya ido la pinza 😉  es porque son medidas muy pequeñas y pesándolo en la báscula es más exacto. Ponemos todos los ingredientes  excepto los colorantes en la batidora eléctrica. Batimos hasta que la mezcla sea homogénea. Como las vamos a hacer de dos colores, dividimos la mezcla en dos partes y le añadimos a cada una un poco de colorante. Como siempre os digo, añadirlo de poco en poco hasta lograr el color deseado. Mezclamos bien para que se unifique.

A continuación calentamos una sartén antiadherente. Ponemos una cucharada de la mezcla en el centro de la sartén. Vais a ver que con el calor se va a expandir y la teja comenzará a hervir.

Bajamos el fuego para que no se requemen y la dejamos ahí, sin tocar hasta que ya no queden burbujas y se haya secado. Durante el proceso se formará un dibujo que recuerda a un coral.

Con una paleta la retiramos cuidadosamente y dejamos sobre papel absorbente. Dejaremos enfriar por completo antes de utilizarlas.

No os parece que es un adorno llamativo y original? 

Podemos hacerlas el mismo día de su presentación o el día anterior y guardarlas entre dos hojas de papel vegetal dentro de una caja metálica para que se mantengan crujientes. En nuestros platos quedarán bien tanto si las dejamos enteras como partidas.

Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerlas del color que más os gusten. Veréis que caras ponen! 

Hasta la próxima. Besos

Ali