Por fin estreno el molde que me regalaron durante las Navidades pasadas. No puedo entender cómo he tardado tanto en hacerlo! Estoy que no me reconozco. Y es que cuando escribí la carta a SSMM….  eyyyy, no os riáis que es así….  yo aún la escribo y si luego cae algún extra que no espero pues mejor, pero así me aseguro que de lo que pido lo más probable es que algo me dejen. Tampoco pido mucho, no vayáis a pensar, cuatro cositas de nada y todas relacionadas con utensilios para repostería….. que digo yo…..   porqué será? …..  😉  Es lo que tiene tener una afición, que cuando llega tu cumpleaños, reyes o el día de la madre…… y te dicen, es que no sabemos que regalarte…..  siempre les digo,  no os preocupéis que yo sí lo sé…. jejjejj.   Más fácil no lo pueden tener. Aunque, la verdad sea dicha, siempre suele venir acompañado de un regalo sorpresa que, aunque sea una chorradita, pero ese detalle….. qué queréis que os diga……  a mí me hace feliz y por eso lo hacen. Es entonces cuando me los como a besos, a mis dos amores….. no a los paquetitos  😉

Volviendo al tema del molde, lo guardé tan bien que al no estar a la vista ya ni me acordaba de que lo tenía. Madre mía..… cómo están las cabezas!  Pero como dicen que nunca es tarde si la dicha es buena,  ayer que lo encontré no dudé en darle el estreno que se merecía  con estas mini donas de cacao (que no donuts) con glaseado de chocolate. Se trata de unos bizcochitos ligeros y esponjosos pero con forma de donuts. Se comen de un sólo bocado, bueno…. yo en dos…. que soy muy fina 😉   Y da igual como las tomes, si recién bañadas con ese glaseado de chocolate brillante que es una locura o cuando el glaseado ha enfriado y endurecido, están de puro vicio, en serio. A los chocoadictos les va a encantar. Y no es necesario tener un molde como este, podemos hacer un bizcocho grande y cortarlo en cuadrados o darle forma con cortadores de galletas, así que no hay excusa que valga para no hacerlos. Y en cuanto a la decoración os digo exactamente lo mismo, si no tenemos sprinkles podemos tirar de frutos secos troceados, por ejemplo con pistachos o nueces que combinan a la perfección con el chocolate. Cada cual que los tunee como más le guste. Os parece si nos ponemos ya con ellos? Mirad, vamos a necesitar:

Para unas 30 mini donas:

65 g harina

80 g azúcar

15 g almendra molida

20 g cacao puro en polvo

2 huevos M

100 ml nata líquida (35% m/g)

1 c/p levadura

Para la cobertura:

150 g chocolate  70% cacao

1 cda de aceite de girasol o de coco

sprinkles varios

Comenzamos batiendo los huevos enteros junto con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su volumen. Este paso es importante porque con el batido prolongado la masa coge aire y la esponjosidad está asegurada. Sin dejar de batir vamos añadiendo la nata, la almendra molida y finalmente incorporamos la harina que habremos tamizado junto con la levadura y el cacao en polvo.  Cada ingrediente que incorporemos lo vamos a mezclar cuidadosamente con movimientos envolventes, es decir, de abajo hacia arriba, para que la masa no pierda volumen.

Rellenamos las 3/4 partes de las cavidades del molde.  Al ser un molde de silicona,  en principio no sería necesario engrasarlo previamente  pero yo sí que lo he hecho porque ya me he llevado alguna que otra sorpresa con algunos moldes y de los “güenos” 🙂  Así que para evitarnos disgustos, mejor lo engrasamos con un poco de mantequilla o aceite en spray.

Precalentamos el horno a 170ºC con calor arriba y abajo e introducimos el molde en la bandeja del medio. Horneamos durante unos 10 minutos, no más, pues si nos pasamos de tiempo se recocerán y quedarán secos.  Retiramos y dejamos enfriar un buen rato sin sacarlos del molde, una media hora más o menos. Os puede parecer mucho tiempo pero hacedme caso, dejarlos reposando un ratito sin desmoldar porque son tan tiernos que si los sacamos en caliente los podemos deformar. Y esto también os lo digo por propia experiencia. Para desmoldarlos perfectamente a mí lo que me funciona es dar la vuelta al molde sobre una rejilla y darles un golpecito a cada uno  de ellos,  caen solos.

Vamos ahora con el glaseado de chocolate. Para ello vamos a trocear el chocolate y lo derretimos al baño María o bien en el microondas en intervalos de 20-30 segundos, removiendo cada vez para evitar que se queme. Una vez que lo tengamos derretido añadimos una cucharada de aceite y removemos bien con unas varillas. Ese poquito de aceite aporta elasticidad, fluidez y brillo al chocolate. Si lo preferís, podéis sustituirlo por mantequilla. 

Cogemos una por una las donas, las bañamos en el chocolate hasta la mitad de su altura y las dejamos escurrir. Antes de que el chocolate endurezca decoraremos con los sprinkles, confites, frutos secos, fruta troceada….  con lo que más rabia nos dé. 

Estas mini donas son esponjosas, tiernas y  ese extra de chocolate  las hace totalmente irresistibles. Es cierto que no podemos comprar la felicidad pero sí comernos una de estas…. que es casi lo mismo  😉  Mmmmm….. muero en cada bocado….

Y como os decía al principio, podemos comerlas recién glaseadas o dejarlas en el frigo hasta que el chocolate endurezca y esté crujiente. Si elegís esta segunda opción, os recomiendo sacarlas diez minutos antes de consumirlas para que los bizcochitos recuperen su ternura ya que en la nevera siempre endurecen un poco.

Eyyyyy….. permitido chuperretearse los dedos!!!!

Me despido por hoy y os espero aquí la próxima semana. Ojito que paso lista!!  😉

Que seáis felices. Besos.

Ali